En la pareja hay distintas pruebas de fuego, pero una de ellas es cuando se va a conocer a la familia política, más concretamente a la suegra. Esa figura matriarcal que manda desde las sombras y se encarga de decir qué se hace y qué no. Si superas eso lo vuestro irá bien. Sin embargo, si cuando sales por la puerta el bigote de la señora sigue estando fruncido date por aniquilado.
No es que las suegras sean malas, ni mucho menos. Ten en cuenta que te estás llevando un trocito de ella al que ha cuidado, mimado y consentido durante toda su existencia. Para las suegras eres depredador que quiere llevarse a su ser más querido lejos de ella. Con lo que, si lo miras desde su punto de vista, eres lo peor del mundo mundial.
No obstante, no tiembles si tu relación está a punto de dar el siguiente paso para formalizarse del todo y tienes que ir a casa de tu pareja a conocer a su familia. Te daré unos consejos básicos muy fáciles de recordar para que la velada sea lo menos traumática posible y salgas vivo de ella.
No hables mal de tu pareja
Es algo bastante obvio, pero no obstante te diré que jamás, y menos en un primer encuentro en el que serás revisado por rayos X, se te ocurra hablar mal de su pequeño o pequeña delante de la madre. Ella tiene todo el derecho del mundo a decir barbaridades de su amor, pero tú no. Ella la parió y llevó en el vientre y tú tan solo eres esa cosa insignificante que se lo tira por las noches.
Intenta alabar todas las cualidades que tu pareja tiene y si no se te ocurre ninguna te la inventas. Es mejor quedar de enamorado exagerado que de insensible.
No a los silencios
Si por un casual tu pareja sale de la habitación y te deja solo con tu suegra prepárate para sufrir el Tercer Reich y lo peor, superarlo. Te sonsacará en pocos minutos dónde has nacido, la profesión de tus progenitores, la vida y obra de tus otras parejas, en qué trabajas e incluso qué tipo de sangre tienes. Todo esto en un tiempo récord antes de que regrese su vástago.
Un truco cuando algo así te suceda es adelantarte a la jugada y no darle tiempo para reaccionar ni casi pensar. Es decir, busca la foto más cercana que tengas en la estancia, levántate, cógela y pregunta todo lo que se te ocurra sobre ella. Esa es la única forma de hacerla hablar sobre algo que le gusta y no podrá llevar a cabo el interrogatorio.
Miente si es preciso y no mires a tu pareja
No se trata de que te conviertas en Pinocho. Las personas, cuando nos ponemos nerviosas, hablamos de más y la mayoría de las veces sin sentido. Así que, lo que tienes que hacer es relajarte y contar verdades a medias. Es decir, si te pregunta dónde estudiaste pon algún artículo más al nombre del colegio. Puede ser que fuese en el Colegio Liceo, pero quedaría mejor si dices en el Colegio Concertado Liceo Sagrado Corazón de los Carmelitas Descalzos. A ver, es lo mismo, pero queda como más importante.
Si te pregunta por tu trabajo haz exactamente lo mismo que con el centro escolar. Puede ser que seas reponedor en un supermercado y que la mujer piense que eres muy poca cosa para ser la pareja de su hijo o hija, por lo que lo mejor es imponerte títulos inventados. Tú no eres reponedor, tú te encargas de abastecer un supermercado y llevar el control de entrada y salida de productos. Es fácil cuando le coges la práctica.
Atuendo a llevar elegido por tu pareja
Eres mayorcito para vestirte solo, eso lo sé. No obstante, nunca escogerás lo indicado. Puede ser que ir a una primera cita con tu suegra vestido con unos jeans y una americana para ti sea más que suficiente. Sin embargo, no te cojas los dedos, pon cara de pena y pídele a tu pareja que escoja la indumentaria por ti ese día.
Si tu suegra pone algún tipo de pega sobre tu vestimenta, tienes muchísimas más salidas que si has sido tú el artífice del conjuntito. La respuesta puede ser «su hija tiene un gusto exquisito y lo eligió ella». Ante esa respuesta no hay más comentarios al respecto y te has marcado un tanto espectacular.
Su comida es mejor que la de tu madre
La gran lucha sobre cuál de las respectivas madres de la pareja hace mejor de comer es algo que nunca en la vida quedará zanjado por mucho que lo intentes. Ante una suegra cocinillas lo mejor es decir que jamás habías comido algo tan exquisito.
Las madres son de alimentar en cantidades industriales a sus hijos y si creen que contigo pasarán hambre estás jodido. Lo mejor y un truco insuperable es antes de iros pedirle una fiambrera de plástico con lo que le haya sobrado porque has quedado enamorado con la receta. Ahí tienes otro punto para os restos.
Es la mejor madre del mundo
Si quieres tener a la madre de tu pareja comiendo de tu mano tienes que decirle que ha hecho un trabajo inmejorable con su hijo o hija. Siempre tírale flores y hazla partícipe de todos los logros de tu pareja. Si ella ha estudiado en la Universidad, la madre es la que la ha estado apoyando para que lo hiciese.
Si no se te ocurre nada dale la vuelta a la tortilla y ubica la conversación en tu beneficio. Si la hija no superó los exámenes de la universidad haz de empático y dile que menos mal que ella estaba allí para agarrar su mano.
Lo más importante es que la primera impresión que tu suegra se lleve de ti sea positiva. Si no vas a recordar estos pasos a seguir lo mejor es que finjas que estás afónico y así no podrás meter la pata y seguir disfrutando de tu vida sin suegra hasta que no te quede más remedio que abrir la boca.