Emprender no es fácil, pero a la hora de hacerlo puedes elegir entre diferentes formas jurídicas. Puedes trabajar por tu cuenta como autónomo o montar una sociedad mercantil. Pero también tienes la opción de escoger un paso intermedio, ser un autónomo societario. Una figura controvertida y sobre la que suele haber muchas dudas, pero que también tiene muchos beneficios.
Si tienes esta condición debes saber que tu régimen jurídico es algo diferente a otros autónomos. Incluso tu modo de cobrar y tributar puede ser diferente. Pero no te preocupes, vamos a ver todo esto con más detalle a lo largo de este artículo, así que te recomendamos que no te lo pierdas.
1¿Qué es un autónomo societario?
De forma muy sencilla lo podemos definir como aquel trabajador autónomo que ha decidido ir un paso más allá y formar una sociedad mercantil. Las razones para hacerlo son múltiples, desde conseguir más socios que aporten dinero a mejorar la imagen de la marca al presentar ante posibles clientes una empresa en lugar de presentarse una sola persona.
En este caso el autónomo crea una sociedad mercantil, pero no por ello pierde su condición de trabajador por cuenta ajena. Sin embargo, si se producen algunos cambios en cuanto a la facturación y la tributación. Pero no en su cotización, puesto que a todos los efectos el autónomo societario es un autónomo.