A estas alturas el mundo entero contiene la respiración frente al coronavirus. Un problema de pandemia global, según lo ha calificado la Organización Mundial de la Salud (OMS), que castiga de manera virulenta a la economía, y todavía queda lo peor. Y la clave está en una cifra: el 15%.
Este porcentaje es el volumen de productos y servicios que salen de China y son consumidos en el resto del mundo. Así lo asegura en un informe la consultora Oliver Wyman, que asume un deterioro de la economía mundial en los próximos meses, principalmente porque todos los países del mundo utilizan materia prima y componentes chinos y éste es el origen del virus. Es decir, aparte de los propios problemas internos de cada país, con el cierre de negocios y los despidos que se esperan, si la cadena de suministros no se recupera, el golpe puede ser letal.
Y es que en el gigante asiático siguen las fábricas cerradas y las cadenas de suministro se han visto gravemente alteradas. Según recoge el informe, solo en Wuham, la zona cero del coronavirus, hay cerca de 500 instalaciones de fabricación donde hay cierres totales o parciales. El problema es que, curiosamente esta zona, es donde se concentran algunas de las principales industrias tecnológicas y de electrónica de consumo. Asimismo, el puerto Yangtze ,en Wuhan, que distribuye más de un millón de contenedores, en estos momentos solo está realizando envíos que considera esenciales.
LOS ESCENARIOS DEL CORONAVIRUS
En Oliver Wyman han abordado tres escenarios de impacto económico en función de la duración de la crisis sanitaria.
El primer escenario supone que el brote viral está más o menos contenido y bajo control a finales de febrero (principios de marzo), lo que pondría en riesgo aproximadamente 2.000 M€ en la Unión Europea. El segundo escenario implica que la crisis se extiende durante varios meses, pero el virus sigue estando limitado en gran medida a la zona asiática. Cada cuatro semanas, el valor en riesgo sumaría entre 2.500 M€ y 7.500 M€ por trimestre.
Finalmente, y siempre hablando del problema en la cadena de suministro y lo que eso implica, al margen de los propios problemas naciones, el tercer escenario considera la posibilidad de una propagación a las provincias vecinas de la provincia de Hubei con una cantidad significativamente mayor de personas bajo cuarentena o encierro. Eso probablemente crearía un valor en riesgo para la UE de hasta 18.700 M€ por mes.
UN COMPLEJOS ENTRAMADO MUNDIAL
Si alguien mira su móvil, a priori, puede pensar que se trata de un producto simple (pese a su entramado tecnológico) y que todo se hace a la vez, y luego se ensambla. Pero nada más lejos de la realidad, un terminal tiene componentes y piezas de diversas empresas, incluso a veces de la competencia. La cámara puede ser de un fabricante, el procesador de otro, el cristal de alguien de más allá…
Pero tampoco hace falta eso, ni irse a Oriente. Un bolso también puede tener diferentes elementos que procedan de compañías diversas. Y ese es uno de los problemas que también valora Oliver Wyman en su informe: la complejidad de inventarios para armar algunos productos.
En un mundo globalizado, matizan, se ha dado por sentado que siempre habría suministro y la diversificación geográfica era sencillo. Ahora llega el problema: las empresas, por estrategia corporativa, no siempre comparten sus volúmenes de stock e inventario; por eso, ahora, algunas compañías empezarán a tener desabastecimiento de productos.
Por último, el informe pone el foco sobre las posible contramedidas a este efecto en la cadena de suministro. Pero todo son preguntas. En tiempo record no se pueden buscar alternativas de materia prima, y para mayor incapacidad, los países afectados ni siquiera pueden repatriar la producción, puesto que el nivel de contagio empieza a ser similar al de China.