A todos nos gustan las pipas de girasol. Parecen ser el tentempié perfecto cuando estamos viendo una película, para acompañar una conversación y, sobre todo, cuando éramos más pequeños. Sin embargo, ¿cómo de buenas son para nuestro organismo?
Existen varias razones para ingerirlas. Siempre de forma controlada, no hay nada de malo en comer unas cuantas. No obstante, el problema que suelen presentar es que, una vez que empiezas, no sabes realmente cuándo parar. Y lo que iba a ser coger un par termina acabándose la bolsa por completo.
Y es que lo malo es que también existen algunas razones por las que es mejor mantenernos lejos de ellas. Por ello, hay que tener especial cuidado si es que vamos a introducirlas en nuestra cesta de la compra. Descubre 5 razones por las que sí tomar pipas de girasol y otras 5 por las que es mejor evitarlas a toda costa.
7Problemas de adicción
Como comentábamos al principio, es complicado que abras una bolsa de pipas y puedas parar de comer. A eso nos referimos con que crean adicción. Y esto puede suponer un problema.
Tomar demasiadas semillas de girasol aumenta el riesgo de sufrir efectos secundarios diversos. Estos pueden ser el aumento de peso, diversos tipos de erupciones en la piel o el incremento de la presión arterial.
Por ello, hay que medir bien la cantidad que tomamos para no excedernos en la misma. Si no lo hacemos, sus beneficios se volverán en nuestra contra.