A todos nos gustan las pipas de girasol. Parecen ser el tentempié perfecto cuando estamos viendo una película, para acompañar una conversación y, sobre todo, cuando éramos más pequeños. Sin embargo, ¿cómo de buenas son para nuestro organismo?
Existen varias razones para ingerirlas. Siempre de forma controlada, no hay nada de malo en comer unas cuantas. No obstante, el problema que suelen presentar es que, una vez que empiezas, no sabes realmente cuándo parar. Y lo que iba a ser coger un par termina acabándose la bolsa por completo.
Y es que lo malo es que también existen algunas razones por las que es mejor mantenernos lejos de ellas. Por ello, hay que tener especial cuidado si es que vamos a introducirlas en nuestra cesta de la compra. Descubre 5 razones por las que sí tomar pipas de girasol y otras 5 por las que es mejor evitarlas a toda costa.
4Mejoran la piel
Otro de los beneficios de las pipas de girasol es que contribuyen a mejorar nuestra piel. La función de estas semillas es evitar que el girasol se seque. Por ello, su aceite mejora la hidratación.
Este tipo de aceite natural es una barrera protectora para nuestra piel, pues evita que la humedad se pueda escapar de ella.
Según un estudio, aplicar de forma directa ese aceite en la piel durante cuatro semanas ayuda a preservar su integridad, así como a mejorar la hidratación.