El café. Ese ingrediente sin el que, la mayoría, no podemos funcionar. Nos tomamos uno cuando nos levantamos. También uno después de comer, para quitarnos el sabor de la comida y ayudar a nuestro estómago. Muchos, de hecho, también se toman una taza en la hora de la merienda. Solo, con leche… lo cierto es que puede que tomamos demasiado.
Sin embargo, ¿lo hacemos bien? No importa lo mucho que lo consumamos, puede que siempre que lo hacemos, lo estemos haciendo mal. Siempre existe un método probado para poder disfrutar de esa deliciosa taza sin temor a echarlo a perder.
No obstante, no todos sabemos cómo hacerlo a la perfección y, en realidad, hacemos muchas cosas que, al contrario de lo que podamos pensar, contribuyen a restarle calidad. Descubre esas cosas que haces cada día y que están destrozando tu café diario.
3Toma todo el líquido tras su preparación
Parece que no hay nada más relajante que levantarnos y saber que no está esperando una cafetera llena de café. Sin embargo, si no está hecho en el momento, esto no es para nada recomendable. Debemos consumir el líquido justo después de prepararlo, y no dejarlo ahí.
De hecho, en el caso de que no lo hayamos consumido todo, es recomendable traspasarlo a otro tipo de recipiente. Esto ocurre porque, mientras tengamos el café dentro de la cafetera, puede que se siga preparando y llegará un momento en el que obtendrá un sabor más bien amargo.
Por ello, si deseas beber tu taza y que esta mantenga todos los niveles de sabor del primer momento, es bueno descartarlo de su recipiente cuanto antes. Además, es mejor emplear un filtro de papel que uno de metal. Gracias a ello, podremos obtener toda la gama de sabores que contenga.