José Antonio Álvarez es el consejero delegado mejor pagado en España y el segundo a nivel europeo. En 2018, el Banco Santander le pagó más de 9 millones de euros. Sin embargo, los accionistas del Santander recibieron un retorno negativo del 10,49% ese mismo ejercicio.
A nivel europeo, el CEO del Santander es el segundo que más cobra por detrás del de UBS. Durante 2018, Sergio Ermotti ganó más de 13 millones de euros, pero el banco pagó a sus accionistas un 1,74% más, según un informe de Bloomberg.
Puede entenderse que 2018 fue un año especialmente complicado para los mercados, el Ibex 35 se dejó un 15%, (su peor ejercicio en 8 años) y el Banco Santander perdió un 27%, pero si miramos tres años atrás, ocurre lo mismo.
Durante 2016, 2017 y 2018 el CEO del Santander se llevó de media más de 8 millones, pero la entidad abonó en esos 3 años, un 6,3% menos en dividendos. Mientras que otros que han cobrado más en esos 3 años como los consejeros delegados de HSBC o Lloyds han hecho que los accionistas pierdan menos (-3,83% y -3,53% respectivamente).
¿QUÉ HUBIERA PASADO CON ORCEL?
José Antonio Álvarez ganó 7,95 millones de euros en 2018 y recibió en su plan de pensiones 1,05 millones, por lo que en total obtuvo más de 9 millones. Un año antes ganó 6,43 millones de euros que se sumaron a la aportación al plan de pensiones de 2,45 millones, esto es casi 9 millones. Y en 2016, su sueldo de 6,079 millones y la aportación al plan de 2,25 millones, llevaron al número dos del banco a embolsarse 8,33 millones.
El CEO es el mejor pagado después de la presidenta del Banco Santander, Ana Botín y supera de lejos a otros consejeros delegados de la banca española y europea. Sin embargo, si finalmente Botín hubiera fichado a Andrea Orcel (ex jefe de banca de inversión de UBS) tal y como se anunció en 2018, el sueldo hubiera ascendido a 50 millones de euros.
Botin se opuso a la contratación de Orcel cuando vio cuánto le costaba compensar su salida de UBS. De haberlo aceptado, Álvarez hubiera sido el presidente de Santander España y vicepresidente del Grupo Santander, ocupando el cargo de Rodrigo Echenique.
Echenique, era la mano derecha de Emilio Botín y defendió que Ana Botín fuera sucesora en la presidencia. Pero tras un proceso de negociación frustrado con Orcel, la propia Botín anunció que José Antonio Álvarez seguiría “de manera indefinida” como consejero delegado.
Botín le devolvió la confianza que había tenido durante los últimos años, que ya son cinco. El CEO ocupa el cargo desde 2015, cuando llegó en sustitución de Javier Marín.
-48% EN BOLSA
El CEO de Santander ha tenido que lidiar estos años con carros y carretas, por eso Ana Botín le premia con su sueldo. Entre ellos, la integración de Banco Popular, la limpieza de ladrillo de su balance o la pérdida de valor de la acción.
Pero a Álvarez se le atraviesan los accionistas, los títulos del Santander se han dejado un 48% desde que tomó posesión del cargo el 1 de enero de 2015. La acción cerró 2014 a 6,88 euros y actualmente cotiza a 3,39 euros. Por eso el Santander tiene que recuperar la confianza de analistas e inversores.
Sin embargo, en opinión de los analistas de Bloomberg la solución no es sustituir el cargo a la ligera, porque no es coincidencia que entre los bancos analizados los que mejor retorno al accionista presentan son aquellos donde sus consejeros delegados llevan más tiempo.
En este sentido, el noruego DNB y austriaco Erste Bank son los únicos bancos europeos de gran capitalización que han generado retornos al accionista de dos dígitos durante un período de uno, tres y cinco años.
KBC e Intesa también encajarían en la unión entre longevidad y fuertes rendimientos. De hecho, según el cuadro, cuando el CEO de Intensa ganó en 2018 más de 5 millones, el retorno al accionista fue del 25,44%.