Los tiempos han cambiado, las mentes se han abierto y los cuerpos se han liberado. La percepción del sexo y de todo lo relacionado con él nada tiene que ver con lo que ocurría no hace muchas décadas. Y un reflejo de ese cambio de mentalidad y de capacidad de adaptación son las tiendas eróticas.
La caída de prejuicios y falsos mitos, el auge de la literatura erótica y la extensión de la educación sexual han contribuido a que visitar este tipo de establecimientos ya no se vea como algo clandestino. Y al decir visitar, también hay que referirse al mundo virtual, ya que por curiosidad, por interés o por mil motivos más, pocas personas hay que no hayan entrado en la web de alguna sex shop online, o que incluso se hayan animado a comprar un kit erótico.
Cambio de mentalidad, cambio de visión comercial
Si hace unos años eran fundamentalmente hombres los que visitaban los sex shops, hoy son mayoría las mujeres, liberadas ya de viejos prejuicios. No ha sido el único cambio, en absoluto porque también se ha ampliado la franja de edad de la clientela, que en muchos casos sobrepasan con creces los 45 años. Y las tiendas eróticas se han ido adaptando con naturalidad a esa evolución.
Hoy en día son establecimientos tan visibles como atractivos, que ofrecen productos para todo tipo de personas y de gustos sexuales, auténticos supermercados en algunos casos que facturan millones de euros al año. Atrás han quedado los tiempos en los muchos entraban solo para contemplar espectáculos eróticos o adquirir algún producto para regalar en una despedida de soltero.
Hoy en día, quienes entran en estas tiendas lo hacen por curiosidad en algunos casos, pero son mayoría los clientes que las visitan buscando artículos para disfrutar en plenitud de su sexualidad, para adquirir productos que les permitan experimentar nuevas sensaciones o revitalizar su relación de pareja.
El sexo ya no es tabú y a nadie le resulta extraño oír hablar de dildos, vibradores, esposas o succionadores de clítoris, muy de moda, por cierto. Pero más allá de comercializar todo un universo de productos destinados a enriquecer las relaciones sexuales, las tiendas eróticas, virtuales o no, llevan tiempo trabajando en otra faceta: la divulgativa.
El poder de la información sexual
A través de talleres en tiendas físicas o blogs dentro de sus webs, muchas sex shops dedican parte de sus esfuerzos a naturalizar diferentes prácticas sexuales siempre consentidas, a explicar el uso y los beneficios de los juguetes eróticos o incluso a resolver las mil y una dudas que muchas personas se plantean.
Es el mejor reflejo de que hace tiempo que las tiendas eróticas no se conciben como algo sórdido o prohibido. No se conciben y no lo son. Los establecimientos físicos miman al detalle su imagen y los productos que ofrecen están cuidadosamente seleccionados y expuestos.
Pero hay quien aún siente una cierta vergüenza y para ellos, las tiendas online han abierto una puerta que no se atrevían a cruzar. Hoy comprar un juguete erótico está al alcance de cualquiera y se puede hacer con toda la discreción del mundo. De hecho, el de la venta de juguetes sexuales es uno de los sectores de comercio económico que más se ha desarrollado en los últimos años.
Es inevitable, los cambios culturales afectan a todos los ámbitos de la vida. Y la evolución que en los últimos años han experimentado las tiendas eróticas y su clientela son una buena muestra de ello.