Golpe de Reynes en Naturgy: acelera sus planes para una nueva revolución

El sector energético está en ebullición. Los nuevos desafíos a los que se enfrentan las grandes energéticas y eléctricas, desde el boom renovable a los hachazos en distribución o la llegada del coronavirus y sus efectos, van a poner a prueba en los próximos meses a los altos ejecutivos. Por ello, Francisco Reynes, presidente de Naturgy, ha preparado su propio golpe de efecto para finales de 2020.

Esto incluye la entrega acelerada de 500 millones de euros en menores costes y, previsiblemente, ampliar la rotación de activos prevista. Un golpe de timón que tiene como objetivo iniciar una nueva revolución en la compañía, apuntan fuentes financieras.

El ejecutivo mallorquín, que cumple recientemente dos años como presidente, tardó relativamente poco en dejar su impronta. En apenas un par de meses, cambió el nombre (adiós al histórico Gas Natural) y elaboró un ambicioso plan de cara a 2022 que, sin embargo, ordenó acelerar para entregar sus grandes cifras a los accionistas. La fecha límite será diciembre de 2020, dos años antes del plan previsto. Una de las razones es que la tecnología, en especial la de la lucha contra el cambio climático, ha cogido velocidad crucero y cualquier paso en falso no es una alternativa porque se corre el riesgo de quedarse atrás. Avanzar para sobrevivir.

Así, Reynes se ha visto obligado a acelerar la maquinaria para que Naturgy encuentre su acomodo en un entorno tan cambiante como desafiante. Un camino que ya han emprendido Repsol, Endesa u otras tantas firmas energéticas.

El plan inicial era sencillo. Reynes presentó un plan estratégico que se sustentaba sobre las líneas maestras que años después debían ser los pilares de la nueva Naturgy: en primer lugar, una mayor eficiencia en los costes. La hoja de ruta contemplaba presentar en 2022 un ahorro de 500 millones en el denominado opex, gastos permanentes. Para ello, se monitorizó todas las actividades, se impuso una serie de requisitos imprescindibles para cualquier inversión y se puso la etiqueta de venta sobre todos los activos de la compañía. Todo ello, con un objetivo claro: dotar de solidez financiera y margen de maniobra a la compañía.

Un primer paso que se cumplirá en diciembre. «Reynes confirmó que entregarán el plan de sinergias de costes de 500 millones con dos años de antelación», señala un informe de Barclays en relación a un encuentro entre ambas partes. Hasta la fecha, el grupo gasístico ha reconocido ahorros acumulados por 380 millones de euros, una cifra que se ha acelerado en el último año. «Esto se ha logrado gracias a las más de 250 medidas en marcha, donde se incluye la digitalización, la reubicación de oficinas o los acuerdos firmados con Telefónica, IBM o Everis, para optimizar las operaciones y procesos del grupo», explicó el presidente a los analistas.

NATURGY REITERA LA POSICIÓN EN LA ROTACIÓN DE ACTIVOS

La inversión en activos renovables es el otro gran pilar en el que espera profundizar Naturgy. La solidez financiera es un elemento clave en ello, pero también el cambio de un portfolio de activos contaminantes a otra baja en carbono. Otro punto, que recibe el nombre más técnico de rotación de activos, que también está muy cerca de cerrarse. Al menos, en las cifras que se pusieron sobre la mesa a media del 2018. Así, el grupo gasístico suma ya una desinversión acumulada de 2.900 millones de euros frente a los 3.000 inicialmente previstos, en apenas 20 meses.

Aun así, el afán desinversor no parece haber desaparecido. Barclays señala que el presidente reiteró sus «intenciones» de «continuar con la rotación de activos» pese a que ya se ha logrado prácticamente la cifra prevista para dentro de dos años. Al igual que en el caso anterior, la aceleración en la venta de activos proviene de que muchos de ellos pierden valor a una velocidad más alta de la prevista. Una situación que contrasta con el crecimiento del valor de los renovables, lo que lleva a una situación compleja que debe ser abordada de manera rápida. De nuevo, para no quedarse atrás.

EL MERCADO A LA ESPERA DE PRÓXIMOS MOVIMIENTOS

Las renovadas ambiciones del grupo gasístico, que deberían hacerse oficiales próximamente, deberían servir para dar un nuevo empujón a la compañía en Bolsa. Pese a que en los últimos años la revalorización ha sido importante, si es cierto que Naturgy se ha quedado rezagada al comienzo de este 2020. Al menos, si se le compara con el sector. Así, la firma que preside Reynes apenas se apunta una revalorización anual del 1,6% frente al 4,96% de Endesa y muy lejos de otras firmas que han sido más directas en sus objetivos verdes: RWE supera el 20%, Iberdrola el 18% o Enel el 11,5%.

Un problema para la compañía que no tiene que ver, o al menos no tanto, con el efecto del coronavirus en el mercado. Así, las primeras dudas surgieron tras la presentación de resultados. Unas cuentas que no gustaron al mercado y que JPMorgan definió como «anticlímax». La falta de una guía cuantitativa para las ganancias de 2020 preocupan a los analistas, más si cabe, cuando el propio Reynes volvió a insistir en no querer ofrecerlas: «No se ofrecieron perspectivas para las ganancias de 2020», señalan desde Barclays.

Sin embargo, Reynes todavía se guarda un par ases en la manga para levantar la acción. En los próximos meses, el grupo debería ejecutar su programa de recompras de títulos por un valor de 270 millones. Un plan que se esperará para ejecutarse hasta el último momento, como ha hecho en otros años a la espera de oportunidades. Aunque, la principal baza ganadora será profundizar la próxima revolución verde que prepara para los próximos años y que está a la espera de cerrar los distintos flecos que todavía quedan en el aire en este 2020.