El consejero delegado de Endesa, José Bogas, ha afirmado que «deja la puerta abierta a todo» respecto al futuro de las centrales nucleares, aunque ha asegurado que, en principio, trabaja con «la hipótesis» de cierre fijado en el protocolo para el apagón de estas plantas acordado hace un año por todos sus propietarios, que prevé un fin escalonado para el parque entre 2027 y 2035.
En rueda de prensa para presentar los resultados de 2019, Bogas subrayó que el objetivo «fundamental» es la ‘hoja de ruta’ que marca el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) del Gobierno a 2030, aunque señaló que «de aquí a 2035 son 15 años y pueden ocurrir muchísimas cosas».
En este sentido, indicó que el plan de Endesa es ir «ajustando» la política de amortización de sus participaciones en estas centrales nucleares según vayan siendo una realidad las solicitudes de ampliación por el periodo acordado en el protocolo, como ha llevado a cabo en 2019 con la planta de Almaraz (Cáceres).
Endesa mantenía en 50 años la vida útil para todas sus centrales, sin embargo en las cuentas de 2019 ha procedido a ajustar contablemente la previsión de cierre en la central de Almaraz, modificándola, con efectos desde el pasado 1 de abril, como consecuencia de la solicitud de renovación presentada de los permisos de explotación para la planta a partir de abril de 2020, por un periodo de 7,4 años para el Grupo I y 8,2 años para el II, inferior a esos 50 años.
En el caso concreto de Almaraz, el grupo ha recogido ya un impacto en sus cuentas de 2019 por esta revisión de 10 millones de euros, mientras que para el resto de centrales estima que sería de unos 40 millones de euros de más amortizaciones.
«Se pactó un calendario, firmamos un protocolo de cierre de las centrales nucleares y estaba de acuerdo con el PNIEC. Siempre he dicho que el objetivo fundamental es el PNIEC y la consecución del objetivo de reducción de emisiones», manifestó, añadiendo que hay una serie de condiciones en esa ‘hoja de ruta’ que, de cumplirse, «llevarían al cierre».
A este respecto, consideró que el primer borrador del PNIEC recogía que, por ejemplo, el carbón cerraría entre 2025 y 2030, quedando para ese horizonte entre 0 y 1,3 gigavatios (GW) de capacidad de estas plantas, y «hoy se está cerrando todo». Así, Bogas defendió la decisión de Endesa de ir amortizando según se vayan solicitando las renovaciones de cada una de las plantas, en referencia a Vandellós y Ascó, que siguen así amortizándose sobre una vida útil de 50 años.
«No queremos dar ninguna patada para adelante, queremos dar cierta estabilidad», dijo, considerando que también las otras compañías (Iberdrola y Naturgy), que contabilizaron en su caso a 40 años la vida útil de estos activos, «han tenido que ampliar y cambiar su política de amortización».
DESCARTA COMPRAR PARTICIPACIONES EN LAS NUCLEARES A SUS SOCIOS
Lo que sí que descartó por completo es que Endesa vaya a plantearse la compra de sus participaciones a las compañías en las que es socio en estas centrales nucleares. «Deseo de comprar participaciones a colegas, ninguno», señaló con rotundidad.
Por otra parte, el consejero delegado de Endesa aseguró que el plan de la energética pasa por el crecimiento «orgánico», aunque insistió en que la compañía estará «atenta» a todos los procesos de venta que «tengan sentido estratégico y creen valor». «Son dos condiciones no menores», dijo al respecto.
EN CONTRA DE LAS SUBASTAS DE RENOVABLES
Asimismo, Bogas volvió a mostrarse en contra del modelo de subastas de renovables, ya que considera que son «una de las razones, o la principal razón», de la ‘burbuja’ que existe por las conexiones.
«Se ha creado un negocio paralelo de poseer la conexión que está siendo muy rentable y está encareciendo el producto y el megavatio hora (MWh)», dijo, añadiendo que con las subastas «se pierde la señal de mercado», por lo que hay un problema y hay que ver «cómo entre todos somos capaces de solucionarlo.