La anemia es una falta de sangre que puede suceder por distintos motivos. Existen distintos tipos de anemias, de entre ellas las más conocidas son la anemia ferropénica y la hemolítica.
Todos los tipos de anemias tienen en común un déficit considerable de glóbulos rojos en el torrente sanguíneo con todo lo que ello supone:
- Te sientes más débil.
- No tienes suficiente oxígeno.
- Sufres cambios bruscos de humor.
- El organismo no funciona correctamente.
- Según la carencia puede llegar a suponer la muerte.
Los síntomas pueden ser parecidos a la de una carencia de eritrocitos, sin embargo, es según su intensidad y del tipo que sea que se denomina de una u otra manera. Veamos las diferencias.
2Motivos de la anemia ferropénica

La anemia ferropénica, además de por la celiaquía o el colón irritable, también puede aparecer por llevar unos hábitos de vida poco saludables. El estilo de vida que lleves y lo que comas es lo que marca una buena o mala salud y en este caso la carencia de hierro hace que tus glóbulos rojos desciendan provocándote muchos problemas.
Hay síntomas de anemia que puedes confundir con otras enfermedades o no prestarle demasiada atención como son el cansancio o estar en modo troll todo el día. Estos dos signos son también debido a la falta de glóbulos rojos en el organismo.
Con respecto a la anemia ferropénica es difícil que la vida del enfermo corra peligro a no ser que también se incluyan otras enfermedades que sumen más gravedad. Si tienes falta de hierro tan solo tienes que modificar tu dieta, llevar controles médicos de análisis de sangre o tomar un suplemento de hierro.
Hay que concienciarse de que una mala alimentación y una vida sedentaria son sinónimos de enfermedades como la diabetes, el colesterol, la tensión alta o anemia.