sábado, 23 noviembre 2024

Las claves para NO comer setas tóxicas

Cuando llega el otoño y las lluvias se inicia la temporada de las setas. Muchas personas se adentran en el bosque para hacer la mejor captura para poder cocinarlas. Sin embargo, esta actividad no la puede hacer cualquiera, pues se necesita al menos un poco de conocimiento debido a que no todas las setas son comestibles. Hay un dicho en este mundo donde se dice que «todas las setas se pueden comer y algunas solo una sola vez».

Los estudiosos micológos, año tras año, insisten en no comer ninguna seta que no se conozca suficientemente. No solo requieren que se cojan las setas de especies comestibles, sino que se tenga en cuenta siempre el estado de conservación. Es muy importante concienciar sobre todos los riesgos que supone ir cogiendo setas sin saber identificar las especies correctamente. Te vamos a explicar cuáles son las claves para no comer setas tóxicas y, por lo tanto, disfrutar de este manjar.

Gran diversidad de setas en España: tóxicas y no tóxicas

claves para saber cuándo son tóxicas las setas


El grado de maduración y la lluvia pueden cambiar algunas de las características de las setas, como el pie, el color o el aspecto de sus láminas, lo que puede llevar a errar a la hora de identificarlos.

Las setas hay que recogerlas son sumo cuidado del bosque.

En la naturaleza, hay una gran diversidad de especies de hongos diferentes (35.000 en España).

Hay que erradicar las informaciones que son dudosas. Es aconsejable seguir una serie de tips antes de comer setas. Cuando se tengan dudas, lo mejor será preguntar a un micólogo o mirar una guía de setas. Siempre hay que estar seguros 100% de que la seta no es tóxica. Ni se te ocurra probar una de la que no se conozca nada de nada, puede que sea tu última comida.

Las setas que crecen en los parques o jardines no se deben de coger. Estas pueden tener metales pesados. Cuando se va por el campo recogiendo setas hay que colocarlas en una cesta de mimbre y nunca en una bolsa de plástico porque fermentarían. De esta manera se podría seguir esparciendo las esporas.

Siempre hay que cocinarlas

Una vez llevadas a casa no se deben de cocinar muy tarde, pues se pueden echar a perder rápidamente. Las setas hay que pasarlas por la cocina siempre. No se deben de comer crudas, además de que el sabor cambiaría mucho.

Las personas que tienen problemas digestivos deben de consumir setas con moderación, pues resultan difíciles de digerir. Algunas que no son tóxicas se convierten en tóxicas cuando se consumen días seguidos y en grandes cantidades. Cuando una seta intoxica, tarda en mostrar los síntomas entre una hora y tres horas. Si después de comer una se notan síntomas, hay que ir corriendo al médico sin dejar pasar más tiempo.

Para algunos identificar las no tóxicas de las que no lo son es una tarea fácil y para otros puede resultar complicadísimo. Realmente no hay reglas generales para diferenciar con seguridad las setas tóxicas. Por ejemplo, hay una llamada Amanita Phalloides (tóxica) que es igual que una que no lo es.

Mitos erróneos

Las fotos de las setas dan lugar a mucha confusión, por eso no se puede basar la recogida en una imagen. Siempre se ha dicho que poner un ajo en la cesta de recogida ayuda a saber si las setas son tóxicas. El ajo se pondría negro si lo fueran, pero por lo visto es una creencia antigua que no tiene fundamento científico.

No es cierto que las setas que toman los animales sean consumibles, pues algunas, como otras plantas, pueden llegar a ser tóxicas para los humanos, pero no para animales como los caracoles o ciertos animales herbívoros.

Cocinar una seta con vinagre no le quita el mal tampoco. El sabor o el olor no está para nada relacionado con la toxicidad. Cuando crecen en madera o en árboles pueden ser tóxicas. Este es otro mito sobre el mundo de la micología al que no hay que hacer caso. Las setas pueden nacer solas o apiñadas en el terreno del bosque. Esto tampoco tiene nada que ver con su toxicidad.


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