Podemos llegar a obsesionarnos con la dieta y con querer adelgazar mucho y rápido. El problema es que esos dos conceptos también son sinónimos de carencias nutricionales y efectos rebote.
Para que una dieta realmente adelgace no es necesario pasar hambre o pelearte con el peso a diario. Lo más importante es un cambio de mentalidad y de hábitos diarios. No solo tienes que modificar tu forma de comer, también es necesario que todo tú dé un giro de 180 grados.
El ejercicio es vital en una buena dieta y para adelgazar evitando que se te quede la carne flácida. Muchas veces queremos perder tanto peso que se nos olvidan los efectos secundarios, tanto los de salud como los físicos.
Te diré algunos trucos para que tu peso comience a descender sin que tengas que matarte de hambre.
4Cantidades de la dieta y presentación
Cuando los alimentos son sanos es bueno añadirlos a tu menú diario, pero no es recomendable atiborrarse de ellos tampoco. Por ejemplo, es recomendable comer algunos frutos secos al día por su alto nivel de ácido omega3, fibra, proteínas, vitaminas y minerales, pero sin pasarse del puñadito diario.
Se cometen muchos fallos a la hora de ponerse a dieta y los más grandes es dejar de hacer cinco comidas diarias. Para adelgazar debes de comer, no dejar de comer. El irte a trabajar sin desayunar o a la cama sin cenar son errores garrafales si quieres adelgazar. Estas cantidades pueden variar según tu estilo de vida, pero lo mínimo son tres comidas al día.
El cuerpo toma la inanición como un estado de peligro del que tiene que cuidarse y puede comenzar a ponerte en estado de reserva. Algunas dietas bajas en calorías de forma extrema hacen que tu organismo reaccione así.
Lo ideal es que no uses un plato gigantesco en el que ver dos trozos de filetes haga que tengas ganas de llorar. Usa platos pequeños y engaña a tu cerebro.