✅ Reina Sofía: los diarios secretos que revelan su personalidad➠ Merca2

El pasado 2017, el especialista en historia bizantina, Costas Stamatópulos, descubrió los diarios secretos de la reina Federica. Según ha confirmado, se tratan de más de 1 400 páginas, en las que se detallan sus deberes públicos, y actividades privadas. Pero una de las cosas que más ha llamado la atención, tiene que ver con una de sus hijas, la Reina Sofía. Se trata de 35 volúmenes escritos a mano por las madre de la reina emérita. En estos, se detalla la vida cotidiana de la Familia Real griega, desde el año 1939, hasta 1967. A continuación, encontrarás todo sobre la juventud de la Reina Sofía donde podrás entender un poco más sobre la vida y valores que se ha inculcado a Sofía a lo largo de su infancia y juventud. Sentido humanitario, una de las claves de la Reina Sofía Según se ha podido comprobar en estos diarios, la Reina Sofía compartía con su madre un gran sentimiento humanitario hacia las personas desfavorecidas. De ella también heredó su solidaridad, y la compasión por la gente que sufre. Madre e hija eran muy religiosas, además de tener una mente muy abierta, aunque ausentes de dogmatismo. Una explicación que daba el experto tras la traducción de los tomos. Gracias a este gran humanitarismo, realizó acciones solidarias en su juventud. Es más, a día de hoy, aún sigue haciéndolo. Aunque el carácter de la Reina Sofía era muy similar al de su padre, debido a su sentido político y su gran templanza, la solidaridad era algo que compartía con su madre. A día de hoy, continúa con la labor, de ahí que aún muchos la consideren la reina de España. Infancia solitaria Se sabe que la familia de la Reina Sofía estaba muy unida. Y no por convencionalismo, lo estaban de verdad, a pesar de ello, en su juventud, no fueron pocas las veces en las que pasó largas temporadas sin ver a sus padres. Es cierto que tenía a su inseparable hermana, Irene, de la que a día de hoy sigue sin despegarse. Pero el vínculo con los suyos era tan fuerte, que no llevaba nada bien estar lejos de ellos. Estas largas temporadas sin verse eran debido a los continuos viajes. Es precisamente por ello, que cuando la Reina Sofía tuvo su propia familia, siempre trató estar muy cerca de sus hijos. Así, ninguno de ellos sentiría lo que tuvo que sufrir en su juventud, lo que se sospecha llegó a marcarle. Y todo fue bien, hasta que apareció Letizia Ortiz en la vida de Felipe VI, a quien logró separar de su madre. Sentido del deber, otro de los valores de la Reina Sofía La Reina Sofía no solo heredó actitudes de su madre, también de su padre, y aún se hacen notar a día de hoy. A pesar de que Juan Carlos I se ha jubilado, ella continúa acudiendo a eventos públicos en nombre de la Casa Real. El pasado 2019 lo tuvo de lo más ajetreado. Acudió al VII Congreso Nacional del Alzheimer, a la reunión del Consejo de Curadores de la Fundación Champalimaud de Portugal, y a la entrega de la XXVIII del Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, entre otros. Y todo ello, a finales del año. Para los que dudaban de que en 2020 siguiera, han de saber que ya ha acudido a un evento dedicado a niños en riesgo de exclusión social. Este, fue organizado por la fundación Reina Sofía junto a Ecoembes. Una vida bajo la sombra de su hermano La soledad que vivió la Reina Sofía en su juventud, no se debió únicamente a los constantes viajes de sus padres. A eso hay que añadirle la predilección de su madre por su hermano, Constantino. Esta se vio acrecentada cuando de joven, cayó enfermo. Al parecer, esta le llegó a obsesionar en muchas ocasiones, y provocó una exageración en los cuidados hacia él. Además de ser el único varón de la familia, era el llamado a ser el heredero. Deportista En el año 1952, la Reina Sofía comenzó a acompañar a sus padres en los viajes. Tiempo después, descubrió su pasión por la vela. Comenzó a practicar este deporte de forma frecuente, y participaba a menudo en varias regatas de Grecia y el extranjero, con resultados exitosos. Es más, se convirtió en miembro del equipo de vela griego en los juegos olímpicos de Roma de 1960. El crucero que lo cambió todo El destino de la Reina Sofía no estuvo ligado al de Juan Carlos I desde un principio. Las familias reales organizaron un crucero para procurar el encuentro de príncipes y princesas en edad casadera. Por entonces, ella estaba entre las elegidas para comprometerse con Harald de Noruega. Por otro lado, Juan Carlos I estaba a punto de enamorarse de la princesa italiana, María Gabriela de Saboya. La pedida de mano de la Reina Sofía La Reina Sofía no tuvo una pedida de mano que estuviera dentro del protocolo. Según contó ella, Don Juan Carlos exclamó: “Sofi, cógelo”, y le lanzó un paquetito en el que estaba el anillo de compromiso. El lugar tampoco fue en un palacio, sino en el hotel Beau Rivage, en Suiza. La pedida fue durante la cena, y al día siguiente, en Atenas ciento un cañonazos anunciaron su compromiso. La opinión de Federica Antes de la pedida de mano a la Reina Sofía, su hermano menor, Constantino, llamó a sus padres para advertir el interés que Juan Carlos mostraba por ella. La noticia, según Federica, le encantó y horrorizó a la vez. “Nos encantó porque Juanito, como le llamamos familiarmente, es muy guapo y apuesto. Tiene el pelo rizado, cosa que le molesta, pero que a las señoras mayores como yo nos gusta mucho. Tiene los ojos oscuros, las pestañas largas, es alto y atlético y cambia de vez en cuando, y como quiere, su encanto personal”. También quiso recalcar que era un joven de lo más inteligente, con ideas modernas, amable y simpático. “Está muy orgulloso de ser español y posee la suficiente comprensión e inteligencia para perdonar con facilidad las ofensas y errores de los demás".

Los secretos de la juventud de la Reina Sofía que se han filtrado del diario de su madre

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El crucero que lo cambió todo

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