Los wearables están triunfando en el sector de la tecnología. El ejemplo más claro son los relojes inteligentes y otras pulseras que muchas personas usan para sus ejercicios físicos, controlar su estado de forma y salud. Algunos de estos dispositivos permiten controlar ciertas funciones casi como las pruebas médicas a las que te puedes someter. Como por ejemplo el pulso, la presión arterial, la calidad del sueño, tu respiración, etc.
Se han convertido en potentes armas para llevar un control exhaustivo de tu estado de salud. Un complemento a un chequeo médico que te pueden ayudar a conocerte mejor, y también a aportar datos más concretos cuando vayas a tu doctor. Por eso, en muchos casos pueden ser elementos muy recomendables. Aunque siempre debes ser receloso de tu intimidad y evitar subir esos datos a la nube o a plataformas poco seguras.