La cocaína es una de las drogas que consumen más personas de las que puedes llegar a pensar. Hay gente que la toma por moda, para aguantar más el alcohol o incluso para poder trabajar más horas. El problema es que los síntomas, la adicción y el daño que le provoca a tu cuerpo, tanto la cocaína como las sustancias que le añaden al adulterarla, no merecen la pena.
Las drogas pueden hacer que una persona cambie a otra totalmente diferente y además arruina una familia entera sin que te des cuenta. Cuando la consumes, piensas que estás bien y que controlas, que llegar a ser adicto no te sucederá a ti. No obstante, la cocaína es de las drogas a las que antes se acostumbra tu organismo y de las que cada vez te pedirá más.
Tu cerebro te hace desear consumir. Si estás acostumbrado a meterte rayas mientras bebes, en el momento en el que tomes una cerveza tu cuerpo se pondrá en estado de alerta esperando su dosis. Lo más responsable es no probarla nunca y así evitas todo lo que puede acarrearte.
La cocaína contiene otros productos para cortarla y hacerla más pesada. Al venderse por gramos, cuanta menos cantidad saque de materia prima el camello, más margen de beneficio sacará sin importarle los daños.
El día siguiente de tomar cocaína tu cuerpo también reacciona y no te hará gracia cómo:
4Pérdida de apetito por cocaína
La cocaína hace que tu apetito disminuya. Al día siguiente no te apetece comer nada. Con la marihuana te entra hambre y puedes devorar un ñu, sin embargo, cuando consumes cocaína tus ganas de comer desaparecen.
Puede resultarte tentador para adelgazar, pero recuerda la cara y el aspecto que tienen los DROGADICTOS. Están delgados, pero en ningún momento eso es sinónimo de saludable.
Cuando llevas un tiempo consumiendo dejas de comer, tus pómulos se marcan, las ojeras se intensifican y tu rostro se transforma en el de un cadáver.