La dermatitis atópica es uno de los problemas más comunes de la piel por los que se acude al dermatólogo hoy en día. Esta enfermedad puede aparecer tanto de pequeños como de adultos.
Es una enfermedad molesta y crónica, pero que no se contagia. Hace que la piel se te vuelva escamosa y seca, no llega a ser una psoriasis, pero sí es molesta y pica. Las partes del cuerpo que más sufren a causa de la dermatitis son los codos, las rodillas, los brazos, las piernas o la cara.
Los brotes de dermatitis varían desde leves a graves mejorando en algunas épocas del año. En invierno es cuando las personas con dermatitis más sufren de esta afección tópica.
Rascarse es contraproducente por mucho que te provoque un alivio temporal. Es necesario mantener las uñas cortas y limpias en todo momento, más aún si son pequeños los que sufren dermatitis porque concienciarlo es más complicado. Si existe rascado nocturno es importante tomar precauciones para que no se hagan heridas y poner guantes si fuese necesario.
Veamos algunos trucos para evitar que la dermatitis termine con tus nervios.
5Humidificador y calefacción
Una cosa que no se tiene en cuenta cuando se padece dermatitis es el ambiente en el que estás más tiempo. En el hogar deberías tener un humidificador que haga que el ambiente esté menos seco para que tu piel no se resienta.
El invierno puede ser la peor fecha, pero también debes saber llevarlo, recuerda que la humedad es el enemigo número uno de las personas con dermatitis. Ese es el motivo por el que debes secarte bien después de la ducha y ponerte la crema hidratante hasta su total absorción.
A la hora de poner los calefactores en casa debes saber que estos hacen que el ambiente se reseque aún más. No deberías tener la temperatura de casa por encima de los veintidós grados y si quieres ponerla deberías también utilizar el humidificador a su vez. Hay algunos en los que puedes introducir aceites esenciales con aromas relajantes.
Los nervios hacen que la dermatitis se agudice. Intenta tomarte las cosas con calma o con tila.