La dermatitis atópica es uno de los problemas más comunes de la piel por los que se acude al dermatólogo hoy en día. Esta enfermedad puede aparecer tanto de pequeños como de adultos.
Es una enfermedad molesta y crónica, pero que no se contagia. Hace que la piel se te vuelva escamosa y seca, no llega a ser una psoriasis, pero sí es molesta y pica. Las partes del cuerpo que más sufren a causa de la dermatitis son los codos, las rodillas, los brazos, las piernas o la cara.
Los brotes de dermatitis varían desde leves a graves mejorando en algunas épocas del año. En invierno es cuando las personas con dermatitis más sufren de esta afección tópica.
Rascarse es contraproducente por mucho que te provoque un alivio temporal. Es necesario mantener las uñas cortas y limpias en todo momento, más aún si son pequeños los que sufren dermatitis porque concienciarlo es más complicado. Si existe rascado nocturno es importante tomar precauciones para que no se hagan heridas y poner guantes si fuese necesario.
Veamos algunos trucos para evitar que la dermatitis termine con tus nervios.
3Hidratación
La hidratación diaria es importante en las personas con dermatitis. Mantener la piel hidratada hace que los brotes sean menos intensos o inexistentes.
Es necesario dedicarle el tiempo preciso a tu piel para que no te dé problemas. Los aceites de coco, de almendras o de aloe vera son los que más hidratan. También puedes pedir a un herbolario que te haga una crema con los ingredientes que mejor le vengan a tu piel. Entre ellos puedes probar la miel y el aceite de coco.
El invierno es de las peores épocas para las personas con dermatitis. El frío hace que la piel se te seque aún más y que se pueda llegar a desquebrajar haciéndote heridas. Para reducir los brotes en estas fechas hay veces que es necesario un tratamiento médico oral.
Recuerda que tanto en invierno como en verano es recomendable usar la protección solar e hidratar la piel.