Durante los dos últimos años, las desinversiones del Grupo Villar Mir (GMV) han estado a la orden del día. Así, en 2018, vendió OHL Concesiones al fondo australiano IFM por 2.235 millones de euros. Ese mismo año también se deshizo del 38% del proyecto Canalejas. Posteriormente, vendió Ferroatlántica por 170 millones al fondo TPG Stich, y Fertiberia al fondo Tritón por unos 200 millones. El próximo paso sería la venta de alrededor del 20% de OHL a la familia mexicana Amodio. Sin embargo, estos últimos han propuesto integrar los activos de OHL en Caabsa sin superar el 35% del accionariado.
“Dada la situación por la que está pasando OHL, la aparición de los hermanos Amodio es una de las mejores opciones para la entidad española, sobre todo para la familia Villar Mir”, señala Diego Morín, analista de IG. La familia Villar Mir estaba en el punto de mira de los grandes bancos y del fondo Tyrus ante el incremento de sus deudas. “De hecho, Villar Mir se estaba planteando la venta de más activos y, gracias a la llegada de este holding, los accionistas pueden respirar Mejor”, añade Morín.
La familia Villar Mir estaba en el punto de mira de los grandes bancos y del fondo Tyrus ante el incremento de sus deudas
Si el acuerdo acaba llegando a buen puerto (queda por delante un proceso de due dilligence y el posterior visto bueno de los accionistas en una junta extraordinaria), frenaría poner el cartel de ‘se vende’ a otros activos de Villar Mir. Dichos activos serían la división inmobiliaria y de energía. La primera se encuentra en un proceso de financiación por el grupo Tyrus por un importe de unos 370 millones de euros. Otra opción sería Ferroglobe, la joya de la corona, y única compañía del grupo que tuvo beneficios en 2018. De hacerlo, perdería su principal baluarte, ya que es el activo que posee más capacidad de revalorización.
50 MILLONES PARA OHL
En el escrito que OHL remitió a la CNMV señalaba que “la familia Amodio ha ratificado su interés en realizar una aportación en la sociedad de una cantidad de efectivo de 50 millones de euros, estando pendiente de definir cómo se estructurará dicha transacción”.
Sobre si esos millones pueden ser el pistoletazo de salida para la recuperación de OHL, Diego Morín apunta a que “pueden ser un balón de oxígeno para OHL ya que tenía demasiados frentes abiertos y se le aproximaban muchos pagos por proyectos que no se han llegado a ejecutar”.
De hecho, esta venta es parte del proceso de desinversión que deseaba hacer el grupo Villar Mir en sus negocios. “No obstante, tomar decisiones ahora mismo es muy precipitado, por lo que habrá que esperar la aprobación de la junta de accionistas y conocer el rumbo que le dan los Amodio a OHL”, añade el analista de IG. Santander, BBVA, CaixaBank, Bankia, Sabadell y Société Générale, los ‘salvavidas’ de OHL gracias a la concesión de avales, están de acuerdo con la operación.
Si todo sale a las mil maravillas, la familia Amodio acabaría convirtiéndose en el primer accionista de OHL. En el segundo escalón estaría la familia Villar Mir. ¿Estamos ante el primer paso de una ‘mexicanización’ de la compañía? “Lo primero que deberán lograr es la amortización de parte de la deuda, más de 600 millones de euros en bonos, que vence en el año 2022 debido al cambio de nombre en el accionariado”, matiza Diego Morín. De momento, lo que han conseguido es traer confianza a los inversores, con la consiguiente subida de la acción.
La generación de caja por parte de Grupo Villar Mir viene, por dividendos, o por participaciones societarias de las empresas en las que participa. Como estas últimas no tienen capacidad de repartir dividendos, se ha visto obligado a vender algunas de sus participadas para reducir endeudamiento. En 2018, las pérdidas de GVM fueron de 723,9 millones de euros.