La isla de las tentaciones es la última apuesta de Mediaset tras la cancelación de Gran Hermano. Teniendo en cuenta que Telecinco vive para y por los realities, no disponer de ninguno era el fin de la cadena que tiene acostumbrada a sus telespectadores precisamente a eso.
Por la mañana Telecinco se encarga de hablar y debatir lo sucedido en La isla de las tentaciones, por la tarde hace un poco más de lo mismo y por la noche no te puedes llegar a imaginar en lo que se basa la temática de la cadena. Exacto, hablan exactamente de lo mismo.
Los martes y jueves son los días de la gala en donde algunos tertulianos conocidos más familiares o amigos de los protagonistas de la isla intentan defender y explicar los diversos comportamientos de los participantes. Algunas veces son indefendibles y simplemente se quedan con cara de haber visto un fantasma en la pared de enfrente.
Por si no sabes de qué trata este reality te contaré un poco: Entran cinco parejas “estables” en una isla y tienen el reto de no caer en la tentación cuando estén separados. Los novios estarán en una parte de la isla con diez tentaciones femeninas y las novias en otra isla con diez solteros.
Veamos algunos de los momentos más calientes de La isla de las tentaciones y analicémoslas.
6Los tentados de La isla de las tentaciones
Los cinco chicos han demostrado en La isla de las tentaciones que los tópicos son eso mismo y que los hombres pueden ser fieles, sensibles y llorar con el corazón encogido por el amor de una mujer.
Contra todo pronóstico los primeros días de los novios rodeados de mujeres que quitan el hipo a cualquiera fueron distantes y guardaron respeto a sus parejas en todo momento. A medida que han ido viendo la actitud de sus novias ellos mismos se han tenido que llamar tontos e intentaron un acercamiento, pero nada que ver con lo que está sucediendo en la otra casa.
Gonzalo e Ismael son los que más papeletas tienen de caer en la tentación. Lo de Gonzalo no lo entendemos muy bien. Sin embargo, lo de Ismael es totalmente comprensible después de ver a su novia liarse con el tentador y sentirse abrumada en su presencia.