Los grandes operadores de telefonía, sobre todo los que poseen infraestructura propia, están inmersos en importantes planes de desinversión con sus torres de telecomunicaciones. Muchos ya se han movido, y los que están a la espera deben hacerlo cuanto antes por diferentes condicionantes de mercado. Es el caso de Telefónica, que además tiene un contexto propio más exigente que algunos competidores.
Tras los últimos movimientos en Latam, Telefónica es propietaria, directamente o a través de diferentes filiales, de unos 66.000 emplazamientos. De éstos, unos 20.000 son propiedad de Telxius y los 46.000 restantes son propiedad de otras filiales del grupo. Sobre ese volumen, del que se desconoce cuál será el número final que saque al mercado o termine traspasando a la propia Telxius -de la que es socio al 50,01%-, la compañía presidida por José María Álvarez-Pallete debe afrontar dos importantes retos según un informe publicado por Bloomberg al que ha tenido acceso MERCA2.
Señala que el 40% de las torres se encuentran en mercados en desarrollo. Por ello, el multiplicador de Ebitda (Oibda en el caso de Telefónica) para la valoración de activos no es igual que en mercados maduros como puede ser el europeo. Asimismo, y como inconveniente técnico, destacan que gran parte de los activos están en tejados, algo que a veces puede restar valor a los activos, según indica el informe.
En cuanto a los factores externos, el motivo por el que Telefónica debe pisar el acelerador tiene que ver con la propia dinámica del mercado y la llegada del 5G. Para el desarrollo de estas redes se necesita un margen de 2-3 años, por lo que todos los proyectos deben estar arrancados o en perspectiva. Así, este es el año clave para acelerar con las desinversiones, pero es algo que están ejecutando todos los operadores casi a la vez. Esta situación conduce a una depreciación de activos, según señala el informe, al acumularse el número de torres a la venta. De esta manera, los fondos industriales, que se han interesado mucho, así como los propios operadores neutros, pueden jugar con el margen de tener demasiados activos en venta.
A esta situación se debe añadir el actual precio del dinero. Como se puede comprobar con Cellnex, las necesidades de capital para abordar compras de infraestructura de red son muy importantes. Así, unos tipos bajos como los actuales invitan a la inversión. Pero invita ya. Por eso, Telefónica debe acelerar al máximo lo que hacer con sus torres.
POR QUÉ HACE ESTO TELEFÓNICA
Telefónica lleva a cabo este movimiento por dos motivos. El primero tiene que ver con monetizar activos no esenciales para la compañía, como le sucede al resto de operadores. Y es que en estos momentos las redes han dejado de ser un elemento esencial dentro de la estrategia competitiva. De ahí que la venta de activos y su posterior alquiler sea la tendencia del mercado en estos momentos.
Por otra parte, al ser una infraestructura pasiva, su externalización no supone ningún riesgo corporativo para la empresa. Y esto será algo fundamental con la llegada de la conectividad 5G, donde las redes en propiedad no serán tan necesarias.
De hecho, ahora mismo los operadores europeos tienen en su propiedad el 60% de la red, algo que es diametralmente opuesto en mercados como Estados Unidos, donde tan solo el 20% de la infraestructura está en manos de los operadores de telefonía. Allí la gestión queda en manos de fondos industriales u operadores neutros que, posteriormente, alquilan sus emplazamientos a terceros.
RECIENTES OPERACIONES
A la espera de esa velocidad que debe darse Telefónica para salir bien parada en la venta de torres, el último gran movimientos se produjo hace unas semanas cuando el operador azul vendió 2.029 torres en Ecuador y Colombia por aproximadamente 290 millones de euros a Phoenix Tower International (PTI), compañía participada por fondos como Blackstone y John Hancock.
Por un lado, Telefónica Ecuador vendió 1.408 torres por 202 millones de euros. Por su parte, Telefónica Colombia ha vendido 621 torres por 87 millones de euros, complementando otras operaciones de venta realizadas durante el año.
Estas operaciones se enmarcan dentro de la estrategia definida por la compañía de poner en valor las infraestructuras del grupo, reforzada con la reciente creación de Telefónica Infra. Telefónica avanza así en los planes comunicados en septiembre de acelerar la monetización de su extensa cartera de emplazamientos de telecomunicaciones móviles, como parte de su estrategia enfocada en la creación de valor para el accionista, mejorando el retorno sobre el capital empleado. Estos planes permiten a la compañía mantener la máxima flexibilidad operativa, mientras se siguen analizando diferentes opciones de monetización.