La Reina Letizia se casó con el por aquel entonces Príncipe Felipe el 22 de mayo del 2004. Lo que todo comenzó como una historia digna de cuento de hadas poco a poco se fue enturbiando. La joven periodista divorciada con una vida de lo más normal dejó su tranquila y apacible existencia para convertirse en reina de España. Se podría decir que le falta el zapato de cristal atrancado en las escaleras mientras huye a medianoche para que la fantasía no termine.
Atrás quedaron las palabras del Rey Juan Carlos cuando decía que estaba más gordito por la felicidad del enlace de su sucesor. El tiempo termina poniendo a cada uno en su lugar y las máscaras se caen poco a poco.
Las princesas desde que están en la cuna van siendo aleccionadas para el futuro que les espera. El protocolo es algo que casi aprenden a decir antes que mamá, por lo que una “plebeya” sin ningún tipo de preparación en la corona y encima con el carácter de la Reina Letizia tarde o temprano terminaría desentonando.
Te dejo algunas salidas de tono de la Reina Letizia en la que ha demostrado que por muy Rey que sea su marido la que termina llevando los pantalones en casa es ella.
6Señor, dame paciencia…
El protocolo es algo que a Letizia no acaba de entrarle en la cabeza. Lo de saber cuándo y dónde ponerse en cada momento no es tan sencillo como saber qué cubierto coger para el pescado.
Sin embargo, con los años que lleva Letizia dentro de la casa Real ya va siendo hora de que se aprenda el protocolo, cobra bastante por ello. Hay quienes se tienen que estudiar unas oposiciones para optar a trabajo del gobierno mucho peor pagados que el de ella.
En una recepción en el Palacio de la Zarzuela la Reina Letizia volvió a equivocarse de lugar y fue el Rey quien le tuvo que soplar la ubicación correcta, cosa que según la cada más inexpresiva cara de la reina no le sentó demasiado bien.