El mapa eléctrico español en 2019 deja un mensaje claro a la titular de Transición Ecológica y nueva vicepresidenta. La energía nuclear aportó el 21,43% de la electricidad, seguida muy de cerca por los ciclos combinados de gas y, en tercer lugar, por la eólica. Así es el panorama que afronta Teresa Ribera.
Finalmente Pedro Sánchez ha cumplido su compromiso medioambiental. Para ello ha otorgado posición de privilegio a la lucha contra el cambio climático y los retos energéticos que debe afrontar España. Además, la consolidación de Ribera y ascenso a la vicepresidencia ha caído bien en la mayoría de compañías energéticas, según ha podido constatar MERCA2 en diversas fuentes empresariales. Es cierto que la alternativa que se esperaba de Unidas Podemos no encajaba del todo a nivel corporativo.
Bajo este contexto, Ribera tiene diversos frentes que atender. Y precisamente una de esas tres tecnologías que más aportan al entramado eléctrico español, el gas, está en mitad de un conflicto regulatorio que afecta a los principales actores del sector. También es cierto que corresponde a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) solventar la circular sobre la distribución del gas que quedó colgando. Aquí poco puede hacer el Gobierno más allá de convencer a las empresas, vía reuniones bilaterales, que son lentejas.
Por lo que respecta a la energía nuclear, la tempestad sobre la vida útil de las mismas quedó más o menos solventada hace un año. Ahora hay que maquillar ciertos flecos sobre las asignaciones a Enresa, sociedad que gestiona los residuos, para la futura ejecución de los cierres.
LA MALETA DE LA MINISTRA RIBERA
El otro gran reto de la ministra Ribera, del cual ha hecho bandera y necesidad, tiene que ver con las renovables y el proceso de descarbonización. En este sentido, MERCA2 realizó recientemente un desayuno de trabajo con diversos profesionales del sector para abordar esta cuestión, y el contenido de las maletas que deben acompañar en el viaje está claro.
Para el experto en Políticas y Agenda Internacional de Cambio Climático de Naturgy, Eduardo Fernández, las energías renovables, en su conjunto, deben ser el contenido principal de dicha maleta; pero con la certeza de que eso resuelve solo el consumo eléctrico final. Por ello advertía de que “hay que trabajar con otros vectores. Por ejemplo, nosotros trabajamos con los gases renovables como el biometano. Además, el almacenamiento debe ser algo que debe evolucionar; y el hidrógeno también deberá jugar un papel importante”.
En esta lista de tecnologías necesarias que deberá potenciar la cartera de la ministra Ribera, la directora del Departamento de Energía del Ciemat, Mercedes Ballesteros, marcaba la equis en el almacenamiento y el gas renovable. Por su parte, el manager Monitor Deloitte, Gonzalo Ramajo, añadía una variable no tecnológica, pero que será fundamental: la eficiencia. Ponía como ejemplo las calderas o los propios vehículos como elementos cuya importancia es que sean capaces de consumir mucho menos. Mientras, para el presidente de Fundación Renovables, Fernando Ferrando, la ecuación era (y es) simple: oferta renovable, electricidad y el hidrógeno con respecto al transporte pesado.