El fabricante francés Renault espera que el nombramiento de su nuevo CEO en las próximas fechas (Luca de Meo ya está libre) enderece el rumbo de la marca y su alianza con el japonés Nissan. Deberes no le faltan.
El nuevo CEO de Renault debe presentar un plan para reducir la base de los costes fijos y estabilizar el flujo de caja, según el último análisis de JP Morgan sobre la compañía. Reconducir la relación con su socio nipón también es clave en los objetivos a corto plazo del fabricante. Desde la caída en desgracia de Carlos Ghosn, la marca francesa deambula en el mercado sin terminar de apostar por el coche eléctrico. Los motores alternativos si son una opción, sino una necesidad.
El propio directivo brasileño ha explicado desde su exilio en Líbano que la alianza Renault-Nissan-Mitsubishi es una «farsa», ya que no está funcionando como debería, sin experimentar crecimiento en su negocio, sin invertir en desarrollo de nuevas tecnologías y sin obtener sinergias entre las diferentes marcas.
El antiguo presidente del conglomerado francojaponés intenta evitar la cárcel. No dudará en utilizar todo lo que sabe, tal y como ha dejado caer. Fue uno de los principales gestores de la alianza, el padre de la criatura, y conoce todos los entresijos del conglomerado.
Otro factor a tener en cuenta. El pasado 1 de enero entró en vigor la nueva normativa europea de emisiones de CO2. Las marcas que no cumplan serán sancionadas con multas económicas. En el caso de Renault, podrían llegar a los 3.570 millones de euros, de acuerdo a las estimaciones de la consultora especializada Jato. El fabricante francés tiene en su catálogo de turismos tan solo dos modelos 100% eléctricos: Zoe y Twizy. Como híbrido, solo el Clio E-TECH. En comerciales cuenta con otros dos modelos eléctricos puros: Kangoo ZE y Nuevo Master ZE.
Además, la inversión necesaria para la carrera eléctrica ha llegado a los grandes grupos a buscar socios en compañías que sobre el papel son competencia. BMW y Daimler, Hyundai y Kia, PSA y Fiat, Volvo e Isuzu, Wolkswagen y Ford… Renault estudia una alianza con Toyota para avanzar en este camino.
El cielo sobre Renault está bastante oscuro y los dirigentes del grupo confían en la mano del nuevo CEO para limpiarlo. El máximo favorito, el italiano Luca de Meo, ya está disponible. El martes Seat anunció que el directivo dejaba la presidencia de la marca con sede en Martorell. De esta manera, se allana mucho el camino para que el ejecutivo cambie Barcelona por París.
Casi 30 años después, Luca de Meo volvería a Renault. Entre 1992 y 1997 fue Product Marketing en la firma francesa. La revolución que ha vivido Seat durante su presidencia, así como su amplio conocimiento del sector, le colocan muy por delante de los otros candidatos en las apuestas.
JP MORGAN SUBE SU PRECIO OBJETIVO
A pesar de toda la marejada corporativa y política que vive Renault, JP Morgan ha dado un voto de confianza a sus acciones. Los títulos del grupo rondan los 43 euros en la actualidad y la entidad financiera norteamericana ha subido su precio objetivo a 47 euros.
Los analistas de JP Morgan también confían en la mano del nuevo CEO. Además, indican que han visto algunos signos de mejora en Nissan gracias a su plan de reestructuración. A los trabajadores de la marca nipona en ERTE y con su puesto en el aire quizá no les parezca un signo de mejora.
“Creemos que existen dos catalizadores para el precio de las acciones de Renault”, apuntan los analistas de JP Morgan. Por un lado, que el nuevo CEO con una sólida formación en la industria automotriz establezca un plan creíble para estabilizar la generación de efectivo. Por otro lado, la tracción que está cogiendo el plan de reestructuración de Nissan. “Seguimos creyendo que Renault está trabajando para restablecer la alianza con Nissan, que continuará asegurando fuertes ahorros de costes en la factura de compra”, indican desde la firma norteamericana.
LA HISTORIA RENAULT-NISSAN
Hay que recordar que Renault posee una participación del 43,4% en Nissan, y Nissan a su vez posee una participación del 15% en Renault. El modelo de participación cruzada asegura que ambos socios tengan un interés mutuo y alienta a cada uno a seguir estrategias de “win-win” que beneficien a ambas compañías. Nissan también posee una participación accionaria del 34% en Mitsubishi Motors.
En 2014, la alianza dio un paso importante en su evolución con la convergencia de cuatro funciones comerciales centrales: ingeniería; fabricación y gestión de la cadena de suministro; compras; y recursos humanos. La alianza generó sinergias por 4.300 millones de euros en 2015, un año antes de lo previsto.
Para consolidar esta alianza y hacerla duradera a largo plazo, ambas compañías han estado trabajando en una estrategia de plataforma común para garantizar dos asuntos: compartir inversiones y recursos; y aprovechar la economía de escala en las compras.