Seguramente, tras haber disfrutado de unos menús navideños de escándalo durante estas fiestas, tendrás un gran problema: tu despensa está cargada de turrones y otros productos típicos de Navidad que no habéis podido consumir. ¿Y ahora qué haces? Pues mirar la fecha de caducidad para ver si se guardan hasta el año que viene o si, una vez se acabe el empacho de dulce, te acabas comiendo los restos. ¿Y qué pasa con los productos con fecha de consumo preferente?
Pues que parecen lo mismo, pero indican conceptos muy diferentes. El problema es que muchos consumidores creen que a partir de la fecha que aparece en el envase, el producto ya no se puede consumir. Y no, la fecha de caducidad y la fecha de consumo preferente no son lo mismo en absoluto. Así que te vamos a explicar las principales diferencias entre una y otra fecha para que sepas cómo debes diferenciarlas.
3¿Me puedo comer un yogur caducado?
La pregunta del millón. ¿Te puedes comer un yogur caducado? La respuesta corta es un no rotundo. La larga, ya es más complicada. Más que nada porque el yogur es un alimento que contiene un pH muy ácido. De esta manera, es muy difícil que se establezcan patógenos (cualquier agente biológico que pueda producir enfermedades) a corto plazo.
Además, se elabora con leche pasteurizada, eliminando la carga microbiana desde el inicio del proceso. Así que, en principio, el consumo de yogures caducados no tendrá consecuencias deletéreas o venenosas para la salud. Pero no es al 100 por 100.
Esto, ¿qué significa? Que es difícil que te envenenes por comer un yogur caducado, pero lo más probable es que esté más ácido, haya perdido su humedad, aroma o sabor, dejando un producto incomestible. El problema es que con la microbiología no puedes jugar. Si un agente patógeno consigue instalarse en un yogur y te lo comes, puedes tener graves problemas. Por lo tanto, y teniendo en cuenta que no es un producto especialmente caro, lo mejor es que respetes su fecha de caducidad y evites jugarte tu salud por 1 euro.