Los pagos en efectivo serán mayoritarios en Alemania hasta el 2025 pese a la progresiva penetración de otras alternativas como las tarjetas bancarias, los abonos a través del smartphone, transferencias, cheques o los pagos instantáneos y entre personas.
Son proyecciones efectuadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) en el estudio ‘Cash Use Across Countries and the Demand for Central Bank Digital Currency’, elaborado para contribuir al debate sobre los proyectos de monedas digitales que analizan distintos bancos centrales como alternativa para preservar el uso del metálico, mejor transmisor de la política monetaria que los pagos electrónicos privados.
Para el estudio el FMI, recogido por Servimedia, estima el uso del efectivo en once países tomando para su cálculo indicadores como la moneda en circulación en relación al PIB, el consumo familiar restando los pagos efectuados por medios electrónicos –tarjetas, cheques, móviles, transferencias, etc- y la extracción de efectivo en cajeros automáticos, a falta de estadísticas oficiales sobre los pagos en metálico.
Así, los países escogidos son Alemania, donde aún se utilizaba el metálico para el 70% de las operaciones a finales del 2016; India, con el 45%; Holanda (31%), Singapur (30%), Estados Unidos (29%), Reino Unido (24%), Dinamarca (un 22%), Japón (23%), Australia (un 21%), China (18%) y Noruega (10%).
Su primera conclusión es que el uso de efectivo físico ha disminuido en un promedio del 1,3 al 2,2% cada año entre los ejercicios 2006-2016 y lo seguirá haciendo, sobre todo, porque las generaciones más jóvenes prefieren tirar de tarjeta o teléfonos móviles para agilizar sus operaciones frente a ciudadanos de mayor edad que “no se sienten cómodos con el pago electrónico”.
Sin embargo, estima que esa sustitución ralentizará su avance a ritmos del 1,4% anual porque algunos sistemas electrónicos mostrarán cierta saturación con el tiempo y su penetración se irá pausando como ocurrió con la adopción de otras tecnologías como el televisor por cable.
No obstante, el FMI se muestra cauto con sus cálculos al no existir estadísticas reales y subraya que diferirá por países por cuestiones como su grado de innovación o hábitos de consumo.
En Alemania augura que el peso del pago en metálico se diluirá desde el 69 que representaba a finales del 2016 al 49% en 2026, cuando dejará de ser mayoritario, pero seguirá siendo una cuota muy significativa después de haber caído en la década previa desde el 82%.