Los bancos necesitan ser rentables y eficientes. Por ello, desde la crisis financiera apuestan por el cierre de oficinas y los ajustes de plantilla. Actualmente, con el entorno de tipos de interés negativos y la revolución digital (donde cada vez se opera más con el móvil) la solución parece ser la misma, prescindir de sucursales bancarias.
España tiene casi un 60% menos de oficinas bancarias que hace 10 años. En 2019, los grandes bancos cerraron (hasta septiembre) 1.049 oficinas. Y para 2020 se esperan que otras 1.000 echen el cierre.
En la presentación de los últimos resultados empresariales del Banco Sabadell, su consejero delegado, Jaume Guardiola anunció el cierre de 200 oficinas en España para este año. Y otras 82 de TSB, su filial británica. Por su parte, el CEO de BBVA, Onur Genç hizo lo propio, anunciando que en 2020 dirán adiós a casi 200 oficinas españolas.
CAIXABANK ADELANTA SUS PLANES
CaixaBank aprobó un plan para cerrar 850 sucursales en tres años, pero optó por adelantar el proceso y quiere tenerlo listo en junio de este ejercicio. Su objetivo es reducir la red de oficinas hasta 3.640 de las 4.219 que tenía en junio de 2019.
Banco Santander tuvo su momento el pasado año. En junio firmó un ERE con los sindicatos que contemplaba el cierre de 1.150 oficinas. Y tras haber echado el cierre hasta noviembre a 1.128 sucursales, aún quedan 22 de las que de momento no se sabe su futuro. Aunque las quinielas apuntan a que podrían ir ajustándose a medida que se complete el plan.
De los seis bancos del Ibex, Bankia y Bankitner no tienen planes para estos 12 meses. Bankia ha ido haciendo sus ajustes con el paso de los años. En 2010, el año de su creación, contaba con 4.450 oficinas y actualmente ronda las 2.300. Mientras que Bankinter lo ha tenido más claro desde el principio, más del 90% de sus clientes son digitales y se relacionan con el banco principalmente a través de la web o de la app móvil. Por ello nunca ha tenido un gran número de oficinas. Actualmente no llega a las 400.
CHOQUE DE GENERACIONES
No hay vuelta atrás en este camino. La tecnología ha avanzado hasta tal punto en el sector financiero que ha obligado a los bancos a cambiar su modo de operar. Las nuevas generaciones reconocen no haber pisado nunca una sucursal y además confían más en los neobancos como Revolut, N26, Bnext o Monzo.
A esto se suma que las infraestructuras de los bancos son costosas y en algunos casos, innecesarias. Si bien, ya se pueden contratar la mayoría de productos financieros desde un móvil.
Sin embargo, hay una generación más mayor e incluso rural, acostumbrada a acudir a las oficinas a hacer transacciones o solucionar sus problemas. Y que además no entiende tanto de operar desde el móvil. Por lo que se encuentran ahora con un gran problema, que se conoce como “desertización bancaria”. Y que parece tener difícil solución.
España, de hecho, registra el número más bajo de empleados por oficina de Europa. Y el futuro pasa por seguir reduciéndose.
MENOS OFICINAS, MÁS HORAS
La moda del sector está en las oficinas boutique. Una «flagship” grande, bonita y ubicada en un lugar estratégico, como el barrio de Salamanca (en Madrid), una zona que han elegido entidades como BBVA o Bankia. Y a la que en breve se unirá Sabadell.
Uno de los pioneros fue el Banco Santander con sus Work Café. Un espacio para clientes y no clientes, que agrupa en un solo lugar banco, zona de trabajo y cafetería. Y donde se puede trabajar, celebrar reuniones o asistir a eventos.
Otra tendencia del sector pasa por ampliar el horario de sus oficinas tradicionales. De hecho, Kutxabank ha arrancado 2020 abriendo de tarde (de lunes a jueves) hasta 50 de sus principales sucursales. Tal y como hacen otros bancos.
El foco está puesto en ofrecer un servicio al cliente personalizado, cuándo y cómo lo necesite con independencia de si está abierta o no la oficina física. Por ello cada banco a través de su aplicación móvil ofrece un chat interno, un gestor personalizado y la posibilidad de hacer cualquier operación financiera de manera instantánea.
Y su objetivo es aumentar las ventas digitales y reducir las operaciones en oficina física tradicional. Seguir cerrando sucursales pequeñas y abrir otras más grades en puntos clave, con atención personalizada.