El Rally Dakar arranca este 5 de enero a miles de kilómetros de España. Hasta Abu Dhabi se desplazarán cientos de corredores para poner a prueba sus límites en una de las competiciones más exigentes del mundo. Mientras un selecto grupo busca el triunfo final, el objetivo de la inmensa mayoría no es otro que completar el recorrido. Para otros el mero hecho de participar es todo un éxito y no precisamente por los requisitos deportivos que exige Amaury Sport Organisation (ASO, organizadora del evento). Es el elevado coste económico lo que más inconvenientes genera a los participantes a la hora de embaucarse en la carrera. La experiencia puede costar hasta dos millones de euros.
Los gastos son muchos y de gran cuantía. Sólo la inscripción en el Dakar le cuesta a un ‘rookie’ 28.000 euros. Este pago inicial incluye cosas básicas como la asistencia médica, la Responsabilidad Civil de Circulación o el transporte del vehículo en barco de Europa hasta Arabia Saudí. Sin embargo, en ese pago inicial no se incluyen gastos adicionales del viaje (como el alojamiento), combustible, los gastos del transporte o el traslado del vehículo en caso de abandono.
Este coste es sólo una ínfima parte del montante total, cuyo principal desembolso es el vehículo. Asociarte a una marca modesta en la categoría de Quads supone elevar el gasto hasta los 150.000 euros. En Coches se doblaría la cifra y en Camiones el presupuesto real para participar ascendería al medio millón de euros. Logística, mecánicos, asistencia… cada movimiento supone un contratiempo económico. Y estas cantidades, son a las que tienen que hacer frente aquellos cuyo único objetivo sea cruzar la línea de meta. El gasto para un corredor cuya aspiración es ganar el Dakar puede rozar los dos millones de euros.
LOS PATROCINADORES, CLAVES PARA CORRER EL DAKAR
Aunque los pilotos que se encuentran en esa tesitura son justo los que más aliviados afrontan el Dakar. No porque el éxito les haya traído más dinero en el pasado (que también), sino porque apenas atraviesan dificultades para seducir a los patrocinadores. Es el caso del español Carlos Sainz (dos veces campeón), que cuenta con más de una decena de sponsors: MINI, John Cooper Works, Business Friendly Bahrain, Akrapovic, Argentina MotoGP, BF Goodrich, Delta Q, Kärcher, Recaro, Reiger Suspension, Sparco y Vision Advisors. En la misma situación se encuentra Fernando Alonso, que a pesar de no haber disputado nunca la prueba, su historial en el automovilismo le ha servido para seducir a otro puñado de empresas.
Precisamente las marcas son la única vía de escape para los participantes más modestos que no pueden costearse los elevados gastos. El Dakar es un escaparate mundial para las firmas, ya que el contenido de la prueba se emite en más de 190 países. Pese a que el modelo de competición dificulta la emisión en directo e íntegra de las etapas (es una batalla contra el cronómetro), la rentabilidad es elevada. Es, tras la F1, el segundo deporte de motor que más repercusión causa. Sin embargo, la gran suma de abandonos en el Dakar (incluso en las primeras etapas) complica la confianza de los patrocinadores. De ahí que en la propia página de la competición figuren corredores que no cuentan con el apoyo de ningún sponsor. En ese caso, el capricho sale caro.
LOS PREMIOS NO COMPENSAN EL RETO
Ni siquiera espera una grata recompensa a la vuelta de la esquina tras doce etapas y dos semanas de competición. Al margen del salario que perciben los pilotos profesionales que aspiran al título a lomo de marcas de renombre como Mini o Toyota, lo cierto es que el resto no aspira a ganar absolutamente nada. De ahí que el Dakar, más allá de una competición, también se reconozca como una aventura, que es lo que supone para la gran mayoría.
El premio, como los requisitos y costes, depende de cada categoría. En Coches, lo más llamativo es la ausencia de dotación económica. Consumar una hazaña al alcance de muy pocos tan sólo se recompensa con un trofeo, aunque ello trasfondo de ese galardón implique mucho más. Esto mismo sucede en la gran parte de categorías secundarias (amateurs). El mayor premio se otorga en Motos, donde los participantes aspiran a un premio de 50.000 euros por la primera plaza, aunque todo el Top 5 está recompensado.