Los roscones de Reyes comenzaron formando parte de una festividad romana de finales de año. Los esclavos pasaban unos días un poco más relajados y sus amos escondían un haba por la casa. El que la encontraba se veía libre de obligaciones hasta que concluyesen las fiestas. Otra costumbre que se tenía era dar a los siervos unos dulces al terminar las fiestas y el haba también podría encontrarse dentro de esos dulces y el que encontrase tendría prosperidad y fertilidad.
Hoy en día no podemos concebir un día de Reyes sin que los roscones de Reyes presidan nuestra mesa. Sin embargo, no fue hasta el siglo XIX que este dulce navideño se puso de moda en nuestro país, en Madrid y en Sevilla, para luego continuar con el resto de los rincones de España.
Con el tiempo, esa dulce rosca seca se rellenó de nata, chocolate, crema y cabello de ángel. La tradición dice que si te toca el haba te toca pagar el roscón, pero que si te toca la figurita del rey escondida serás coronado.
Esta costumbre no es única en nuestro país y no fuimos los precursores de la misma, veamos qué otros lugares tendrán los roscones de Reyes en sus mesas en poco tiempo.
3Roscones de Reyes de Bélgica y Suiza
En países como Bélgica y Suiza existe algo parecido a los roscones de Reyes nuestros, en concreto en estos países se le llama Driekoningen en Bélgica y Dreikönigskuchen en Suiza.
En Suiza tiene forma de flor con decoraciones de frutos secos y azúcar glasé, mientras que en Bélgica mantiene la forma de rosco y está decorado con almendras y crema.
La masa que utilizan para hacer los roscones esponjosos es la misma que en España. Ellos esconden también un haba en el interior de los roscones, el que la encuentra lleva la corona y paga el dulce del año siguiente.