“Según rumores de mercado la entidad estaría valorando la salida a Bolsa de su filial de seguros, Línea Directa” explicaban los analistas de Renta 4 en 2013, aunque se mostraban claros “no esperamos que sea una operación a realizar este año”.
El mercado veía entonces su participación en Línea Directa como una posible venta para generar plusvalías, pero la entidad rechazaba dicha desinversión ante la falta de necesidad. Un año más tarde, María Dolores Dancausa, aclaraba durante una presentación de resultados, que Bankinter no tenía previsto sacar a Bolsa próximamente Línea Directa, «uno de los activos más valiosos» para el banco, ni vender la compañía.
Mucho han cambiado las cosas, la aseguradora (creada en 1995) ha aportado bastante durante la crisis a la cuenta de resultados de la entidad. De hecho, en 2016 superó por primera vez la barrera de los 100 millones de euros de beneficio neto. Una cantidad que se elevó a hasta 112 millones en 2017 y 117 millones de euros en 2018.
Con todo, Bankinter decidía hace unos días anunciar la intención de sacar a Bolsa Línea Directa en el segundo semestre de 2020. Sin embargo, la decisión debe pasar primero por la próxima junta general ordinaria de accionistas, que se celebrará en marzo. Un debut bursátil frustrado desde hace 6 años y que aún puede alargarse un poco más.
LLUVIA DE CRÍTICAS
La lluvia de críticas no se ha hecho esperar. La última en atacar ha sido la agencia de calificación crediticia S&P Global Ratings, que si bien ha confirmado todos los ratings crediticios de Bankinter, ha rebajado la perspectiva de los mismos desde estable a negativa.
El objetivo de Bankinter es convertir a Linea Directa en una compañía independiente y cotizada. La propuesta se basa en distribuir la totalidad de la prima de emisión, que asciende a 1.184 millones de euros, en especie, entregando a sus accionistas el 82,6% de Línea Directa.
Al estar valorada en 1.434 millones de euros, las acciones serían admitidas a negociación posteriormente. El 17,4% restante del capital de la aseguradora quedaría en manos de Bankinter. La operación supondrá una reducción neta del patrimonio de en torno a 200 millones de euros.
La clave está en separar el negocio de seguro directo del negocio bancario, permitiendo a cada compañía «desarrollar sus estrategias a futuro de forma independiente». Sin embargo, esta decisión ha creado una división en el mercado. Los más críticos, Barclays, Fidentiis o Bank of America.
LOS BENEFICIOS CAERÁN
El banco estadounidense (Bank of America) advierte de que el crecimiento de los ingresos de Línea Directa “se está desacelerando más rápido de lo previsto» y considera que los beneficios de la aseguradora caerán un 20% tras el ‘spin-off’. Con todo, le otorga un precio objetivo de 6,4 euros a la entidad.
Barclays decide bajar su precio objetivo hasta los 5,7 euros y argumenta que la salida a Bolsa podría “aumentar su perfil de riesgo”. En la misma línea que los analistas de Mediobanca. Fidentiis, por ejemplo, fija el precio objetivo de la acción en 5,8 euros, y mantiene la recomendación de «vender». Y Morgan Stanley le da un precio objetivo de 6,5 euros.
A punto de cerrar el ejercicio, Bankinter es uno de los pocos valores del Ibex que cerrará a la baja. Sus títulos acumulan una caída del 6%.
ESPERANDO NOVEDADES
El director financiero de Bankinter ha anunciado que el día de la presentación de resultados anuales (a finales de enero de 2020) el grupo informará sobre las previsiones de ambas compañías para el próximo año, aunque ha indicado que no se prevén cambios estratégicos en ninguna de ellas.
Lo que se sabe (de momento) es que después de 6 años sobre la mesa, los futuros inversores tienen que esperar a la junta en marzo y después, la operación deberá recibir aún el permiso preceptivo por parte de las autoridades regulatorias correspondientes.