“¿Qué sería de la Navidad sin turrón? En España no sería Navidad”, comenta el crítico gastronómico, Jonatan Armengol. Y es que la tradición turronera en nuestro país se remonta a siglos atrás. El éxito de este dulce típicamente navideño está garantizado, y los supermercados comienzan a colocar las primeras tabletas en cuanto pasa el calor del verano. Con el inicio de la Navidad hemos realizado una cata en MERCA2 del turrón más clásico, el turrón blando. Su receta parece sencilla a priori, pero el proceso de elaboración no lo es tanto, y el resultado de algunas marcas se aleja de lo que debería ser el turrón.
Las ocho marcas de turrón blando escogidas para la cata de MERCA2 realizada por el crítico gastronómico Jonatan Armengol, revelan la gran diferencia que existe entre marcas. Armengol, es el único crítico gastronómico invidente en España y gestiona varios proyectos vinculados al arte culinario. En su espacio “Comer a ciegas” valora platos, cócteles y vinos, entre otros productos. Recientemente ha comenzado el informativo “The Foodie Times” en el que repasa las noticias más importantes del día en el ámbito gastronómico, y que está orientado a los altavoces inteligentes Alexa y Google Home, además de otras plataformas de audio.
Turrón de mojito, de vinagre o de alga nori son algunas de las excentricidades en las variedades de turrón que triunfan en los últimos años. Sin embargo, suele decirse que lo clásico nunca pasa de moda, al menos en con el turrón. El tradicional turrón blando lleva almendras, clara de huevo, miel y toques de azúcar. Entre estos ingredientes se mueve el turrón de Jijona, producto con denominación de origen. Los requisitos para que un turrón se apellide ‘Jijona’ atienden al lugar de elaboración, a un tipo de almendra específico y un porcentaje mínimo del 64%, además debe contener miel, azúcar y clara de huevo.
La almendra es el ingrediente más importante de esta variedad de turrón, y algunas marcas, como Torrons Vicens, presumen de la procedencia de su materia prima. La almendra es, precisamente, uno de los factores que condicionan el precio anual del turrón. Este año en concreto, el precio de la almendra se ha incrementado, lo que perjudica al consumidor, que comprará el turrón más caro.
2¿EL PRECIO ES ACORDE
CON LA CALIDAD?
El turrón se comercializa habitualmente en forma de tableta. Su peso no suele superar los 300 gramos y los precios varían en función de la calidad de los ingredientes. El precio más elevado es el de La Turronería, que se acoge a la denominación de origen de Jijona. La tableta de 300 gramos de este turrón se vende por 12,95 euros. Le sigue en precio otro nombre propio, Torrons Vicens, y una tableta de 300 gramos alcanza los 10,75 euros.
El momento por el que pasan las materias primas con las que elaborar el turrón condicionan su precio, igual que ocurre con las almendras. Delaviuda, uno de los vencedores de la cata, vende la tableta de 300 gramos por 8,95 euros, un precio superior al de la otra marca de su grupo confitero, El Almendro de 250 gramos por 5,75 euros.
La conclusión firme de Jonatan Armengol sobre los turrones: “En el turrón hay unos abismos entre turrones buenos y turrones malos que no he visto habitualmente en otros productos”. EL crítico plantea al final si el precio tiene que ver con la calidad, y en este caso podemos afirmar que, en términos generales, el precio es acorde a la calidad. “Si encontráis una marca que os guste, agarraos a ella con fuerza”, termina.