martes, 22 abril 2025

Viaje al interior de un cable submarino

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El 5 de agosto de 1858 se tendía el primer cable transatlántico submarino desde el que se transmitiría, 11 días después, el primer telegrama entre América y Europa. Era el primer intento del ser humano de conectar los continentes. Pero a las pocas semanas el cable dejó de funcionar. Sin embargo, aquel gran sueño transoceánico fue el germen del actual sistema de telecomunicaciones.

Hoy en día, la comunicación no sería como la conocemos sin la existencia de los cables submarinos. Pero, ¿conocemos realmente cómo funcionan estos gigantes subacuáticos? Os desvelamos algunas curiosidades que os ayudarán a entender cómo llega Internet hasta vuestro hogar.

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¿A qué profundidad están los cables submarinos?

Los cables submarinos están depositados sobre el lecho marino, a profundidades de hasta más de 8.000 metros, el equivalente a la altura del monte Everest. “En la Costa Atlántica, donde estamos depositando BRUSA, hay una profundidad de 2.500 a 6.000 metros, la distancia entre Fortaleza, por ejemplo, y San Juan, en Puerto Rico. Si tenemos en cuenta que un avión viaja a 10.000 metros de altura, nosotros estamos a la mitad de esa altura, en el fondo del mar, con un cable tendido en el lecho marino”, comenta Romualdo. En aguas profundas de alta mar el cable simplemente se deposita sobre el lecho marino. Solo en zonas próximas a la costa y en su trayecto bajo la playa hacia el beach manhole o cámara de playa -el lugar donde se conecta a tierra- el cable va enterrado.

Una vez definidos origen y destino, para diseñar la ruta por la que transcurrirá un cable submarino se realiza una batimetría, es decir, un análisis en tres dimensiones del fondo marino, para determinar el camino menos accidentado y en el que el cable puede sufrir menos incidencias durante toda su vida útil. Se trata de, una vez establecida la ruta más corta, realizar las desviaciones necesarias para evitar en lo posible accidentes orográficos submarinos.


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