Uno de los primeros síntomas del cáncer de tiroides es un bulto visible en la zona donde se encuentra el mismo. No suele tener síntomas a no ser que esté demasiado avanzado, que es cuando puede causar molestias al tragar, ronquera o dolores en la zona en la que está ubicado.
El tiroides es la glándula que está en el interior del cuello, delante de la laringe, y está constituida por dos lóbulos que se unen en el centro. Se encarga de producir hormonas que sirven para el metabolismo y necesita el yodo de los alimentos que ingieres para tal función.
El tiroides interviene en el control de la frecuencia cardiaca, además también regula la temperatura corporal y es la que se encarga de transformar los alimentos en energía con mayor o menor rapidez.
Pese a que la causa del cáncer de tiroides no se conoce todavía, sí existen factores de riesgo que hacen que tengas más probabilidades de sufrirlo. Te diré las que son para que lo tengas en cuenta.
2Genética y cáncer de tiroides
El factor genético también puede llegar a ser importante a la hora de sufrir o no cáncer de tiroides. Hay un componente que se hereda que está asociado a algunos casos de síndromes como el de Garper, el de Coweden, el del síndrome de Peutz-Jeghres o en la ataxia-telagiectasia.
El uno por ciento de las personas con cáncer de tiroides tiene antecedentes de algún familiar que lo ha padecido también. Si forma parte de la neoplasia endocrina múltiple de tipo 2 existe más posibilidades de que el cáncer de tiroides se produzca.
Los carcinomas medulares se pueden pasar de padres a hijos hasta en un veinticinco por ciento de los casos. Si tienes antecedentes de este tipo tienes que hacerte pruebas para descartar que tengas algunas alteraciones genéticas que estén relacionadas con el cáncer de tiroides.