Ocurrió en septiembre. Y vuelve a estar presente en diciembre. La antes conocida como gota fría, ahora DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) se caracteriza por graves inundaciones que acaban arrasando campos, a la par que arrastran vehículos, y destrozan hogares y negocios. Siniestros cada vez más frecuentes, impulsados por el cambio climático, que inflarán el precio de los seguros agrarios, de coches, y de hogar.
Respecto a los seguros agrarios, cuatro son las décadas que en España está implantado un sistema por el que se garantiza la renta de los productores agrícolas ante fenómenos atmosféricos adversos a la par que la continuidad de las explotaciones. Pero, con fenómenos atmosféricos más frecuentes e intensos, el cambio climático es el mayor desafío para el sector. “Hay que asegurar la sostenibilidad del sistema con absoluta transparencia”, afirmó el ministro de Agricultura en funciones, Luis Planas, durante una jornada sobre agricultura y cambio climático. Y eso se traduce en elevar los recursos asignados.
El Ministerio de Agricultura, el Consorcio y las entidades aseguradoras deberán elevar los recursos asignados al seguro agrario
Un incremento que afectará a todos los actores involucrados en el sector agrario. Por un lado, el ministerio y las comunidades autónomas. En su mano está elevar la dotación presupuestaria que eche un capote a los productores a la hora de suscribir dichas pólizas. El nivel de contratación se acerca al 50%. Sequía, heladas e inundaciones conforman la terna. Por ejemplo, en 2019, y respecto a la sequía, la siniestralidad se estima por encima del millón de hectáreas en cereales y leguminosas. La indemnización estimada ronda los cien millones de euros.
Por otro lado, el Consorcio de Compensación de Seguros. La entidad pública adscrita al Ministerio de Economía cubre los denominados como riesgos extraordinarios, el seguro agrario combinado, o el seguro obligatorio de automóviles. Ante el cambio climático, deberá contar un nivel de reservas adecuado (sin duda superior al actual).
Y, por último, las entidades aseguradoras. En el ámbito agrario, son dos organizaciones las que gestionan estos seguros: Agroseguro (que integra a una veintena de aseguradoras) y la Entidad Nacional de Seguros Agrarios (Enesa). Esta última subvenciona las pólizas contratadas por agricultores y ganaderos. Su reto será conjugar su nivel de solvencia con un precio accesible a sus clientes.
CAMBIO CLIMÁTICO Y VEHÍCULOS
Una de las imágenes más impactantes cuando se producen la gota fría es la de ver flotando a los coches arrastrados por las aguas. Una vez éstas vuelven a su cauce, los vehículos aparecen unos encima de otros. O en los lugares más insospechados. Una consecuencia más del cambio climático.
Los expertos, ante este fenómeno, no duda en afirmar que los precios de los seguros de coches aumentarán. Aunque no han sido capaces de calcular cuánto. Y lo harán más en los lugares de riesgo, según Acierto.com.
En España, dichos lugares son la zona del Delta del Ebro. “Las perspectivas para esta zona geográfica son desoladoras puesto que, si se cumplen los presagios, un metro de subida provocaría casi la desaparición del Delta y la inundación de varias localidades”, señalan desde el citado portal. Y añaden: “Incluso llegaría hasta lugares más centrales de esta región del Golfo de Valencia”.
Aquí es donde vuelve a entrar en juego el Consorcio de Compensación de Seguros. Porque, en las indemnizaciones por estos fenómenos naturales, es esta institución la que se responsabiliza de los daños (coches, viviendas…), no las compañías de seguros.
Durante los fenómenos de septiembre, el Consorcio tuvo que hacer frente a un coste superior a los 400 millones de euros. Fueron casi 60.000 las reclamaciones recibidas, de las que unas 17.000 se refirieron a vehículos. Respecto a las viviendas y comunidades de propietarios, el número fue de unas 36.000. El cambio climático hará que los seguros de hogar, coche y moto tengan un recargo para hacer frente a los riesgos extraordinarios.