Australia se desmarco ayer de la política monetaria que viene impulsándose desde Europa y Japón de adentrarse en los tipos de interés negativos para sostener el crecimiento económico y evitar una nueva recesión. En una comparecencia que tuvo lugar en la Cena anual de los economistas empresariales australianos de 2019, el Gobernador del Banco de la Reserva de Australia, Philip Lowe, dejo claro que las tasas negativas en Australia son extremamente improbables: «No estamos en la misma situación que se ha enfrentado en Europa y Japón. Nuestras perspectivas de crecimiento son más fuertes, nuestro sistema bancario está en una forma mucho mejor, nuestro perfil demográfico es mejor y no hemos tenido un período de deflación. Entonces estamos en una posición mucho más fuerte».
En la actualidad, la mayoría de los países que han impuesto los tipos de interés negativos no han conseguido incentivar la inflación y el crecimiento económico y algunos como Suecia han provocado el derrumbe de su divisa la Corona Sueca (SEK),que es la divisa del G10 que mas se desploma frente al dolar USD en lo que va de año casi un 8 por 100. El caso de Suiza es aparte, ya que el país Helvético lucha por evitar que ante una situación de incertidumbre los flujos de capital vuelen a su sistema financiero y se produzca un sobrecalentamiento de la economía suiza y el franco suizo se dispare.
El Gobernador Lowe fue mas allá y critico los efectos secundarios de esta medida:«Se ha vuelto cada vez más evidente que las tasas negativas crean tensiones en partes del sistema bancario que pueden afectar la capacidad de algunos bancos para proporcionar crédito. Las tasas de interés negativas también crean problemas para los fondos de pensiones que necesitan financiar pasivos a largo plazo. Además, existe evidencia de que pueden alentar a los hogares a ahorrar más y gastar menos, especialmente cuando las personas están preocupadas por la posibilidad de menores ingresos en la jubilación» .
Además, Lowe renuncio a las compras de activos del sector privado por parte del Banco de la Reserva de Australia, ya que cree que no hay signos de disfunción en los mercados de capitales australianos que justifiquen esa medida. «La compra de activos privados-señalo- por parte del banco central, financiada mediante la creación de dinero, representa una intervención significativa por parte del sector público en mercados privados. Viene con una amplia gama de problemas complicados de gobernanza e inserta al Banco de la Reserva muy directamente en las decisiones sobre la asignación de recursos en la economía. Si bien hay algunos escenarios en los que se podría considerar dicha intervención, esos escenarios no están en nuestra pantalla de radar».
El escenario más probable para la economía australiana sigue siendo que el crecimiento económico repunte para alcanzar alrededor del 3 por ciento en 2021. Este repunte del crecimiento debería ver una reducción en la tasa de desempleo y un aumento de la inflación.
El Gobernador del RBA volvió a insistir en que puede haber mejores soluciones que la política monetaria para resolver los problemas del día a día, como es el caso de la politica fiscal. «Cuando hay problemas en el lado de la oferta de la economía, el uso de políticas estructurales y fiscales será a veces el mejor enfoque. Debemos recordar que la política monetaria no puede impulsar el crecimiento a más largo plazo, pero que existen otras ramas de la política pública que pueden promover de manera sostenible tanto la inversión como el crecimiento», explico.