El programa de Gran hermano mueve masas, pero no siempre ha sido así. La variación de la audiencia en los últimos años hizo desaparecer de la parrilla a un concurso que había dado mucho en la televisión. El último Gran Hermano de anónimos que se pudo ver en Telecinco fue el Revolution. Un programa que comenzó con demasiadas personas en la casa y que pronto se convertiría en una auténtica vergüenza. El ganador de esta edición fue Hugo Sierra (actual «expareja de Adara Molinero de Gh vip 7).
Hace dos años se emitía el que sería el último Gran hermano de la historia de Telecinco. La cadena de Vasile prefiere apostar por el Gran hermano de famosos y le está dando resultados, pues la última edición está siendo la más vista de la historia, después de la primera anónima, en donde ganó Ismael Beiro. En Gran hermano Revolution sucedió algo inesperado y el programa lo tachó de conducta intolerable. Te contamos lo que ocurrió entre Carlota y José María en una noche de noviembre y cómo está el tema en la actualidad.
La supuesta «violación» en Gran Hermano aún no tiene sentencia
Hay que recordar que en algunas ediciones de Gran hermano se han expulsado a concursantes por tener conductas que no eran las más apropiadas. Todo el mundo recuerda la salida Indira después de echarle un vaso entero encima a otra concursante y solo por tener celos. En esta ocasión, José María fue expulsado de la casa por un motivo mucho más fuerte y digno de corregir.
Justo hace dos años que sucedió el episodio más vergonzoso y trágico de la historia de la televisión, y por ende de Gran hermano. Era la edición de Gran hermano Revolution y se celebraba una fiesta donde hubo al parecer demasiado alcohol al alcance de los concursantes.
José María López de forma presunta pudo «abusar sexualmente» de Carlota que tenía en ese momento 24 años. La concursante pudo haber bebido más de la cuenta o sencillamente le cayó un poco mal y pudo vivir en primera persona un acto que recordará toda su vida.
Estos dos concursantes eran pareja dentro de la casa y por lo tanto no debería parecer tan raro que tuvieran relaciones sexuales dentro de la casa, máxime cuando habían tenido incluso una hora sin cámaras dentro de la casa.
Fueron pareja dentro de la casa
Parece que José María se llevó a Carlota a una habitación en un estado de semiinconsciencia. Las cámaras lo grabaron todo y el escándalo estuvo servido en todo momento. Al rato de pasar todo esto, «el super» llamó a Carlota al confesionario y le contaron todo lo que había pasado. Más tarde, expulsaron a José María del programa. Al día siguiente, la concursante no tuvo reparos en poner una denuncia a su pareja de encierro. Parece que todo quedó en el olvido durante mucho tiempo, pero en la actualidad todo ha vuelto a resurgir, pues José María aún no ha tenido juicio, ni ha sido sentenciado.
A Carlota, el equipo de Gran hermano recomendó abandonar la casa, pero no como una expulsión. Pudo pasar unos días fuera y luego volver cuando se encontrara bien, pero esto no sucedió. Si no se ha celebrado juicio, la pregunta está en el aire: ¿dónde están los responsables de tal acto deleznable? ¿por qué los que vigilan las cámaras por la noche no entraron y pararon la «violación»?. Hay que recordar que Zeppelin (productora de Gran hermano) puso también una denuncia al concursante.
Carlota nunca quiso hacer declaraciones y se mantuvo al margen. Hace tan solo unos meses daba una entrevista y explicó que no entendía el silencio tan conspiratorio y tan cruel que estaban teniendo. Es verdad que la justicia es lenta, pero dado un acto tan criticable en la sociedad de hoy en día, debería de ir mejor. Explicó que el concurso no le dejó hablar del tema en su momento.
El vídeo del confesionario ha salido a la luz
El caso está de actualidad precisamente porque el vídeo que se grabó en el confesionario ha salido a la luz. No se entiende qué diferencia hay entre ese justo momento que fue agredida al de hoy en día. Sencillamente, hay cosas no que no se entienden. Parece ser que el vídeo es demasiado fuerte y la concursante pidió suplicante que pararan las imágenes. Carlota insintía en que le quitaran las imágenes y «el super» no se las quitaba y finalmente accedió, pero era demasiado tarde, pues Carlota estaba destrozada. La concursante preguntó si había más imágenes y le dijeron que sí. Realmente la chica estaba mal y tuvo que soportar el audio de la grabación todo el rato.
Carlota preguntó si ese vídeo saldrá a la luz y «el super» le dijo que no. Preguntó más tarde por José María y le dijeron que estaba expulsado, pero lo que ella quería era hablar con él, pero Gran hermano no le dejó, acentuando que el programa no tolera ese tipo de comportamiento y que le darían el apoyo psicológico necesario. La conclusión que se puede sacar es bastante sencilla: Carlota quiso hablar en todo momento con su «agresor», pero no la dejaron bajo ningún concepto y la concursante no quería ver las imágenes que le hicieron tanto daño.
Después de la conversación que se tuvo dentro del confesionario sucedieron varias cosas que todo el mundo conoce: Zeppelin denunció a José María López en la Guardia Civil, Gran hermano lanzó un comunicado para explicar por qué había sido expulsado el concursante (no explicó que había sido una agresión sexual en ningún momento) y que el habitante de la casa rompió su silencio para dar las gracias por el apoyo que estaba recibiendo y por los más de cuarenta días que había estado dentro de la casa. El abogado de José María comentó que su cliente acudiría para colaborar en todo lo que pudiera con la investigación a la que hacía referencia la noticia para poder demostrar la falsedad de la misma.
Carlota volvió a la casa después de permanecer en un hotel varios días. Cuando salió expulsada de Gran hermano la chica se quejó en todo momento de que le programa no le dejara decir lo que quería, ni de poder expresarse con total libertad. Parece que Gran hermano tenía muchas ganas de poder zanjar lo que había pasado. En la actualidad, Carlota no puede trabajar de la intensa ansiedad que sufre.
De José María no se sabe nada, pues ni siquiera tiene redes sociales. La única conclusión que se puede sacar de todo esto es que una «violación» nunca puede ser catalogada con una simple «conducta intolerable».