El veto estadounidense se aplaza tres meses más. Estados Unidos concede una nueva prórroga a Huawei, la segunda desde que se conociese el bloqueo a los productos de la compañía china, para continuar sus operaciones comerciales hasta el 16 de febrero. Hasta esta fecha límite, la empresas y sus filiales continuarán su actividad comercial con normalidad.
En mayo de 2019, el Departamento de Comercio del gobierno de Trump anunció el veto para Huawei. Dicho anuncio otorgaba una licencia temporal hasta el 19 de agosto para que la compañía tecnológica encontrase soluciones ante el cese de su actividad en territorio americano. Las filiales de la marca también forman parte de la lista negra del presidente de Estados Unidos.
Una amenaza para la seguridad nacional de Estados Unidos. Así es como califica el gobierno de Donald Trump la actividad de Huawei en su país. Aunque esta empresa no es la única que forma parte de su lista negra, el hecho de incluir al gigante tecnológico chino y a sus filiales eleva la magnitud de la decisión. Por medio de una orden ejecutiva, el presidente norteamericano dio luz verde para deshacerse de la competencia en telecomunicaciones procedente de países considerados adversarios, tanto en materia de software como en hardware. El origen chino de Huawei ha sido determinante para el veto, ya que, las tensiones comerciales entre ambos países no son una novedad.
Este nuevo aplazamiento del veto concede una tregua a Huawei para seguir haciendo negocio en suelo americano. El retraso da un respiro a las compañías vetadas para transferir servicios a otras empresas que tienen vía libre para operar en Estados Unidos. El presente pinta bien, al menos de momento, para los usuarios de teléfonos Huawei o pertenecientes a la marca, pues no hay problemas de uso con el sistema. Pero, el futuro empieza a verse gris.
FUTURO GRIS PARA HUAWEI
Ante la decisión del gobierno de Trump, gigantes del sector como Facebook o Google decidieron suscribir el veto y romper relaciones con Huawei. Así, las actualizaciones de Android no llegarán a los dispositivos de Huawei, porque las licencias están paralizadas. Los móviles, a pesar de ser un producto clave para la marca, no se verán tan afectados como los ordenadores u otros dispositivos comercializados por la compañía.
El veto a Huawei está enmarcado en la estrategia política estadounidense y salpica a las empresas. La actividad de la marca en Estados Unidos es muy reducida en cuanto a la venta de teléfonos, pero no lo es tanto en cuanto a la provisión de servicios en zonas más rurales. Los fabricantes de parte del hardware de Huawei son empresas estadounidenses, por lo que la empresa china debe ponerse manos a la obra en la fabricación de estas piezas de sus productos.