La única empresa que Fernando Torres gestiona en solitario, inscrita en el Registro Mercantil como Fernando 9 Torres, entró en pérdidas en 2018 por primera vez. Un resultado que evidencia la tendencia negativa de los últimos ejercicios y que responde a la decisión del futbolista de abandonar España. Dejar el Atlético de Madrid le ha salido caro al delantero a nivel empresarial, aunque a nivel económico ha subsanado estos números rojos con su elevada ficha en China, donde percibía 6,5 millones de euros, cifra bastante más elevada que en el club rojiblanco.
El futuro tampoco es alentador. El regreso de Fernando Torres a España aliviará la situación, pero no será el bálsamo que necesita. ‘El Niño’ aumentará sus ingresos por actos sociales, pero su imagen se verá afectada tras decir adiós al fútbol este mismo verano. La relación entre ingresos y nivel deportivo siempre ha estado ahí: en 2010 tocó techo tras facturar casi 4,5 millones de euros, después de conquistar el Mundial y completar una gran temporada en Inglaterra.
Aunque sus cuentas tienen en cuanta un tercer factor: el sector inmobiliario. Fernando 9 Torres se dedica a la “gestión de propiedad inmobiliaria, financiera e intelectual”. Ese primer apartado es el que más mimaron sus padres cuando en 2002 aprovecharon el salto de su hijo al profesionalismo para crear la entidad. Su madre, Flora Sainz García, fue quien se inscribió como administradora única de la empresa en julio de ese mismo año, días antes de incluir a su futuro sucesor como apoderado.
La empresa de Fernando Torres siempre exhibió una fuerte solidez financiera, con beneficios cercanos al millón de euros en cada ejercicio. O al menos así fue hasta que en 2015 se atisbó el primer síntoma de preocupación: la cifra de negocio se desplomó hasta los 666.000 euros y el beneficio tocó mínimos: 50.000 euros. Un toque de atención que propició que en 2017 se produjesen ciertos cambios en la estructura. José Antonio Sanz Blázquez tomó el mando tras la revocación de los padres del futbolista y se amplió el objetivo de la entidad: “La suscripción, adquisición derivativa, tenencia, disfrute, administración o enajenación de valores mobiliarios y participaciones sociales en todo tipo de entidades nacionales o extranjeras, excepto aquellas actividades sometidas a legislación especial”.
El movimiento no surtió efecto. La recuperación de 2016 fue fugaz y todos los indicadores auguraban la complejidad de revertir la situación. El gasto de personal (en la empresa figuran dos empleados) se redujo en más de 70.000 euros entre 2016 y 2018, pero ni así evitaron un 2018 oscuro. Las pérdidas se han situado cerca del medio millón de euros, lo que ha supuesto un descenso de más del 350%.
Más allá del resultado, el resto de indicadores son alarmantes: las ventas se han desplomado un 66%, el riesgo de impago ha aumentado y la capacidad de operar a crédito se ha desplomado de 839.000 euros hasta 308.000 euros. Unos registros pésimos que podrían agravarse en 2019 si la tendencia se mantiene (todo apunta a ello). Su activo total no alcanza los siete millones de euros, pese a que hace sólo dos años rozaba los diez millones, gracias a casi dos décadas de éxitos. Lo cual no es motivo suficiente para que Fernando Torres haya puesto fin a su trayectoria como futbolista en medio de una enorme preocupación como empresario.
NEW FITNESS GROUP SÍ ES RENTABLE PARA FERNANDO TORRES
Por suerte para Fernando Torres, su insignia empresarial es sólo la matriz de New Fitness Group, el otro negocio en el cual está embarcado junto a su mujer y madre de sus tres hijos, Olalla Domínguez. Una entidad que a día de hoy sí goza de una buena salud. El objetivo de esta compañía es la “la explotación de gimnasios y centros deportivos de cualquier tipo y la realización de prácticas relacionadas con el deporte, la salud y la educación física”.
Dentro de este proyecto se encuentra el gimnasio ‘Nine Fitness’ que Fernando Torres puso en marcha en 2015 y que actualmente, bajo la tutela de su mujer, cuentan con tres sedes. En 2017 el capital social de la entidad rebasó los 800.000 euros con una cifra de negocio de más de 1,5 millones de euros. Los beneficios, que ese mismo año rozaron los 200.000 euros, han aumentado en 2018. A diferencia de su negocio con los derechos de imagen, New Fitness Group cuenta con un amplio grupo de profesionales (31 empleados). Mientras su buque insignia (derechos de imagen) caen, los gimnasios liderados por su mujer mantienen a flote el tejido empresarial de Fernando Torres.