Los españoles nacidos entre 1957 y 1977, hijos del ‘baby boom’ y que actualmente tienen entre 42 y 62 años entran en pánico. El 70% reconoce que ha vivido muy bien, teniendo una vida mejor que la de sus padres. Y dan por seguro que no podrán afrontar por su cuenta los gastos para su cuidado en la vejez.
La esperanza media de vida de los españoles está en los 83 años y se encuentra entre las más altas del mundo. Esto implica que, ante una población cada vez más longeva, los españoles necesitarán de más recursos para afrontar su jubilación.
Según la VII Encuesta sobre el Ahorro de la Población Española elaborada por BBVA, un 77% de encuestados considera que tiene sentido ahorrar para la vejez, pero solo lo hace un 41%. Mientras que a un 20% les resulta difícil llegar a fin de mes y el 37% llega justo.
De los que ahorran, más de la mitad lo hace como mínimo con 300 euros al mes. (La media es de 463 euros). En este sentido, los hijos del ‘baby boom’ reconocen que la vida que han tenido hasta ahora ha sido mejor que la de sus padres (lo piensa un 70%) y no creen que sus ingresos les permitan vivir sin aprietos durante su vejez. Aquí, las mujeres se muestran más preocupadas.
Además, 1 de cada 5 da por seguro que no podrá afrontar por su cuenta los gastos para su cuidado si durante algún periodo de la vejez no pudieran valerse por sí mismos. Y 4 de cada 10 dudan de ello.
QUIEREN JUBILARSE PRONTO
Pese a perder parte de la pensión al jubilarse antes, casi un 70% quieren elegir libremente hasta cuándo trabaja. De hecho, a más del 60% les gustaría dejar de trabajar antes de los 65.
La edad media deseada se sitúa en torno a los 62 años, pero apuestan a que ascenderá a 65,8 años. Y esa edad media aumenta a medida que los entrevistados son más jóvenes. Por ejemplo, lo que tienen entre 42 y 47 años, consideran que será con 66,6 años.
De hecho, teniendo en cuenta la reforma de las pensiones de 2011, los más jóvenes entre los ‘baby boomers’ se jubilarán cuando en 2027 ya se haya cumplido el periodo de transición de la edad de jubilación de 65 a 67 años, explica el estudio.
JUBILARSE DEL TODO, NO A MEDIAS
Un 78% quiere jubilarse pronto y “del todo”, pero no seguir trabajando parcialmente, cobrando una parte del salario y una parte de la pensión. En este aspecto muestran confianza en la Seguridad Social y su capacidad de proveer de pensiones a todos.
Aunque un tercio no cree que cobre una pensión desde la jubilación hasta que muera, el 62% sí confía. Sin embargo, la gran mayoría entiende que las pensiones de la Seguridad Social cubrirán gastos de alimentación y vivienda, dando poco aire al ocio, cuidado personal doméstico o residencia en caso de necesidad.
Al no ahorrar, un 63% cree que su pensión será su único ingreso cuando se jubile. Pero solo un 27% tiene una idea aproximada de lo que cobrará. Algunos lo saben por hacer cálculos propios y otros tras consultarlo a la Seguridad Social.
Lo que queda claro y confirma una amplia mayoría es que el total de la pensión que cobrarán al jubilarse será menor a todo lo cotizado durante su etapa laboral. Aquí el estudio aclara que tres años de cotización, financian hoy día aproximadamente un año de pensión.
PIDEN APOYO AL GOBIERNO
El gobierno tiene que asegurar siempre el poder adquisitivo de las pensiones, ligándolas al índice de precios al consumo (IPC), coinciden los encuestados. Además, casi la mitad cree que el principal objetivo de reforma del sistema de pensiones debería ser mejorar las pensiones más bajas.
Y una pequeña parte piensa que el principal objetivo de la reforma de las pensiones debería ser ajustar mejor las pensiones a lo que cada uno ha cotizado.
LA VIVIENDA, VALOR SEGURO
El 80% de españoles de entre 42-62 años cuentan con una vivienda en propiedad y el 54% está pagando una hipoteca. Por ello, más de la mitad están dispuestos a usarla como fuente de financiación si algún día les hiciera falta más dinero para vivir.
Aquí optarían por distintas alternativas, vender la vivienda e irse a vivir a otra parte o hipotecarla como garantía de una renta vitalicia. También, acogen con alegría el modelo de vida del ‘co-housing’, es decir, optar por viviendas colaborativas donde se disfruta de espacios comunes, pero se mantiene la independencia en sus propias casas.
Otros declaran que si se encontrara en una situación de dependencia preferiría vivir en una residencia. Pero la opción favorita es la vivir en la propia casa al cuidado de profesionales o en la propia casa al cuidado de algún familiar.