Carlos Slim está dispuesto a seguir aumentando su presencia en el capital de Prisa tras haber elevado su peso en el accionariado hasta el 4,3% el pasado septiembre. Fuentes del consejo de administración del grupo editorial español aseguran a MERCA2 que el millonario mexicano quiere incrementar su participación mediante compras en el mercado, ya que ninguno de los grandes accionistas están dispuestos a vender. Su objetivo es situarse en el entorno del 6% para tener voz y voto en la línea editorial, ya que desde un punto de vista financiero la inversión en Prisa no tiene sentido tras haber disparado los números rojos en los primeros nueve meses de 2019.
La irrupción de Slim aporta un componente más de incertidumbre a la guerra soterrada que mantiene el fondo Amber Capital con el Santander para controlar la compañía. Y llega en un momento en el que la imputación del presidente Javier Monzón –hombre de Ana Patricia Botín en Prisa– ha dinamitado cualquier tipo de entendimiento entre ambos gigantes financieros.
El fondo que dirige Joseph Oughourlian quiere que dimita Monzón, para lo cual ha buscado incluso el apoyo del Gobierno en funciones. El Santander, por el momento, ha evitado la salida del presidente porque, aunque sobre el papel sólo tiene un 4,1% del capital (frente a casi el 30% de Amber), controla buena parte del resto de accionistas a los que ha financiado para acudir a la ampliación de capital, entre ellos la familia Polanco fundadora de Prisa.
Ambos contrincantes aseguran que Slim está de su parte, aunque desde el consejo de administración apuntan a este diario que el inversor mexicano está jugando con dos barajas hasta que el juez Manuel García–Castellón determine el futuro de Monzón, imputado en el caso que investiga la financiación ilegal del PP madrileño.
Otro actor que tiene mucho que decir es Telefónica, que hasta hace unos meses estaba dispuesta a deshacerse del paquete del 9,4% que posee en el grupo editorial pero que ahora ha decidido mantener por recomendación –o petición– expresa del Ejecutivo para no añadir aún más inestabilidad al polvorín. Y es que no se puede eludir cuando se habla de Prisa de que es un elemento clave para influir en la opinión pública española a través del diario El País y la Cadena Ser.
“Moncloa ha solicitado a José María Álvarez–Pallete que se mantenga en el capital para no alterar el equilibrio de fuerzas y Slim, a través de su sociedad patrimonial Carso, sólo podrá aumentar su presencia en Prisa en los próximos meses comprando títulos en el mercado”, indican las fuentes consultadas que confirman, también, que el Gobierno en funciones tiene el compromiso de Amber Capital de que se mantendrá la línea editorial del grupo de medios si el fondo encuentra socios españoles con los que lanzar la esperada opa y apartar del camino al Santander.
Mientras Santander y Amber miran de reojo las operaciones de Slim para ganar peso en el accionariado la Comisión de Nombramientos y Retribuciones de Prisa ha elaborado un informe sobre el impacto que tendrá la imputación de Monzón, que declaró el pasado cuatro de octubre en la Audiencia Nacional negando cualquier tipo de relación con la trama Púnica.
Según indican fuentes de Prisa, la citada Comisión «no ha encontrado motivos, en este momento, que justifiquen la adopción de ninguna medida que afecte a su continuidad como presidente del consejo de administración, desempeñando su cargo con pleno ejercicio de sus funciones reglamentarias». Y, en virtud de las conclusiones del citado informe, la mayoría del consejo de administración «concluye que no hay impedimento para que siga en su cargo».
Monzón se defendió durante dos horas de interrogatorio ante el juez Manuel García–Castellón afirmando que no existió ningún tipo de irregularidad en los contratos que firmó Indra cuando era su presidente y que si se produjo algún delito fue sin su conocimiento. El juez instructor del caso y la Fiscalía Anticorrupción consideran que Indra fue “parte singular” para desviar al PP fondos de la empresa pública Informática de la Comunidad de Madrid (ICM).
Además, el magistrado considera que hay indicios de que Indra actuó como “la caja pagadora de servicios electorales prestados encubiertamente al PP de la Comunidad de Madrid y de otras deudas del partido o de sus dirigentes”.
La situación de Monzón es “inadmisible” para Amber Capital, que se ha distanciado del todavía presidente de Prisa a pesar de que al principio respaldó su nombramiento confiando en que Manuel Mirat ejerciera una labor de vigilancia y gestión desde su puesto de consejero delegado.
Sin embargo, ahora la relación está rota y el fondo de inversión confía en que Ana Patricia Botín entre en razón y permita el relevo en la presidencia, sobre todo si Monzón continúa imputado. En todo caso, el mercado espera que si Amber lanza su opa y ésta tiene éxito Monzón será el primero en salir, voluntaria o forzosamente, al haber perdido la confianza de su primer accionista.
Mientras, la evolución del negocio sigue siendo un lastre para el grupo editorial que ha registrado unas pérdidas de 110,4 millones de euros hasta septiembre, frente a los números rojos de 3 millones de euros contabilizados en el mismo periodo del año anterior. No obstante, el mayor problema de Prisa es su deuda, que ha crecido un 20,2% en los nueve primeros meses de 2019 y asciende a 1.115,9 millones de euros.