Mens sana in corpore sano. Ésa parece ser la máxima de Iñaki Ereño, ejecutivo español de postín que se mantiene en un excelente estado de salud gracias a su amor por el deporte. No todos los consejeros delegados patrios son triatletas capaces de afrontar una carrera como el Iron Man sin desfallecer en el intento. Este licenciado en Derecho y Administración de Empresas por ICADE, que nació por casualidad en tierras melillenses, aspiró en su juventud a ser un deportista profesional y posteriormente iba para arquitecto, pero el hombre propone y Dios dispone. Ahora es el CEO de Sanitas, compañía a la que confían su salud casi tres millones de españoles.
Ereño es uno de los pioneros del mundo 2.0, ése del que todos hablan en nuestros días y que hasta hace dos décadas era una entelequia. Una de sus principales funciones es liderar la transformación digital de Sanitas, labor en la que está cosechando grandes éxitos. Su axioma es actuar como si el 100% de las cosas fueran a cambiar mañana, porque es la única manera de anticiparse a los cambios y liderar el futuro. Otra de sus obsesiones es que la incorporación de las empresas al nuevo paradigma tecnológico se realice mediante con un lenguaje simple que garantice la comprensión de los retos y objetivos. “Tenemos que lograr que se nos entienda”, insiste a sus equipos.
El CEO de Sanitas es feliz en su trabajo, aunque no se considera un “disfrutón”. Asegura que todos los días se pellizca para comprobar que su sueño se ha cumplido al trabajar en una de las primeras compañías sanitarias de Europa. Lejos quedan los tiempos universitarios en los que se dedicaba a la repostería en sus ratos libres haciendo roscones para sus compañeros. Lo consideraba un arte con posibilidades de desarrollo, lo cual ilustra bien la veta innovadora de su personalidad, ya en tiempos mozos.
Otra de sus aficiones es la pintura, que ejercita con frecuencia a pesar de que admite que lo que le falta de técnica lo completa con mucho pundonor. Y es que Ereño es un CEO atípico, que prefiere comerse un bocadillo en la oficina para así aprovechar el tiempo y disponer de unas horas por la tarde para correr, nadar o subirse a la bicicleta. Dice que si no hiciera deporte pesaría 20 kilos más, pero se trata de una afirmación que no se puede comprobar, porque durante toda su vida no ha dejado de practicarlo. Es jugador amateur de rugby, judoca aficionado, esquiador, tenista y golfista, además de triatleta.
Como otros ilustres directivos españoles Ereño estudió en el Colegio de los Jesuitas de Nuestra Señora del Recuerdo, donde desde pequeño le enseñaron que si uno era un buen chaval y estudiaba cada día podía salir adelante sin demasiados contratiempos. Fue un buen estudiante que sacaba notables en todas las asignaturas, y lo mismo en la universidad, donde escogió empresariales porque quería una carrera que no le cerrara puertas, renunciando a su amada arquitectura.
DE ACERINOX A CONTINENTE
Cuando terminó en ICADE –donde confiesa que aprendió pocas cosas relevantes para el mundo laboral que le esperaba– comenzó a trabajar en el departamento financiero de Acerinox, un gigante industrial con negocios en varios países, lo cual le permitió conocer mundo. Fueron años divertidos para el joven Ereño en los que la maleta estaba siempre preparada para salir pitando a París, Berlín o Nueva York. Poco imaginaba que décadas después destinaría el 40% de su tiempo laboral a viajar y que echaría de menos estar en Madrid con su gente, en su entorno.
Tras una etapa en la compañía Contact, el ejecutivo llegó a Continente, empresa que más cosas le ha aportado profesionalmente con la excepción de Sanitas. Comenzó de subdirector comercial y de ahí pasó al departamento de marketing, actividad que potenciaría a partir de ese momento para convertirse en uno de los mayores especialistas de España. Al mismo tiempo Ereño hizo un MBA en el IESE, escuela de negocios donde le inocularon el virus emprendedor que terminaría por definir su vida.
Uno de los aspectos menos conocidos del CEO de Sanitas es que fundó una empresa dedicada a las criptodivisas en 1999, una década antes de que Satoshi Nakamoto publicara el famoso manifiesto que alumbró el bitcoin. La empresa se llamaba Netels.com y en ella Ereño probó en primera persona los sinsabores del emprendimiento, a pesar de lo cual todavía guarda un grato recuerdo de aquella aventura. La cosa terminó bien, porque acabó vendiendo el negocio al Santander y salvando los empleos de su equipo. Corría el año 2003 y fue contratado por Telefónica como director de Servicios de Marketing de su filial TPI.
Dos años después llegó a Sanitas como responsable de marketing y logró acceder al puesto de consejero delegado del grupo en 2008. Quienes trabajan con él señalan que una de sus principales virtudes en la gestión es la capacidad de ilusionar. También dicen que es humilde porque sabe que no es posible tener todo el conocimiento al alcance de la mano y que todo buen directivo debe rodearse de profesionales que completen sus carencias.
LOS ‘SUPERMILLENIALS’
Su principal innovación en materia laboral es un programa de desarrollo formativo que integra a toda la organización, con el objetivo de que todos los empleados del grupo se impliquen y sientan la transformación digital como una oportunidad para renovar sus capacidades. Ereño ha acuñado un término para definir a los trabajadores de mediana edad que se reinventan de forma continua, saliendo de su zona de confort para adquirir nuevas capacidades que les permitan participar en el mundo digital con garantías: son los supermillennials.
El directivo no elude que los jóvenes que han nacido con la tecnología bajo el brazo –y para las que Internet, el móvil o las apps son herramientas naturales en su día a día– tienen un papel muy importante en la transición digital de las corporaciones, pero desde su punto de vista hay otra generación de personas en las empresas desde mucho antes de iniciarse el proceso de digitalización y que están haciendo una labor excelente. Es una forma novedosa de realizar la transformación de forma inclusiva y sin dejar a nadie en el camino.
Uno de los hitos que han sido determinantes en la capacidad innovadora de Ereño es su paso por la Singularity University, donde realizó un programa ejecutivo en el que analizó junto a otros empresarios de todo el planeta los diferentes retos de la humanidad y la forma en la que las herramientas digitales aspiran a resolverlos. Es la cuna de Peter Diamandis, ingeniero, médico y empresario grecoamericano considerado como uno de los 50 líderes más influyentes del mundo según la revista Fortune. Su perspectiva, que podríamos definir casi como de optimismo patológico, tocó la fibra sensible del CEO de Sanitas convenciéndole de que la única manera de conseguir que el progreso sea una realidad es persiguiendo lo imposible.
Ereño es un asiduo participante de las redes sociales, actualizando sus entradas en sus perfiles de Twitter y Linkedin con noticias de actualidad y comentarios analíticos sobre la importancia de la tecnología en todo lo que tiene que ver con la salud de las personas. Y en su trabajo diario, este directivo aplica y se beneficia de las oportunidades de la era digital para aprovechar de la mejor manera posible el tiempo y así tener la posibilidad de disfrutar de su vida personal y sus aficiones.
EL DESPACHO DEL FUTURO
Cuando no está de viaje suele llegar a trabajar sobre las ocho de la mañana y desayuna en un restaurante que tiene en Madrid la sede central de Sanitas junto con algún responsable de área para comentar cuestiones que le preocupen. Luego acude a reuniones de trabajo en varios grupos no jerarquizados en los que no es él siempre quien dirige las tareas y donde que participan distintos departamentos y gente de muchos niveles.
Muchas veces los encuentros son por teleconferencia, para lo cual dispone de un despacho nada convencional, sin escritorio y con una mesa redonda con varios asientos presidida por una gran pantalla a la que conecta su iPad, dispositivo a través del cual gestiona su trabajo sin necesidad de ordenador portátil ni de sobremesa. Cuando termina su larga jornada se marcha a casa para descansar, cenar y ver alguna serie de televisión en familia.
Flamante nuevo asesor del fondo belga Ergon Capital, el próximo objetivo de Ereño es construir una plataforma de salud que vaya más allá del servicio tradicional atención en hospital y diagnóstico de enfermedades, y que incluya programas preventivos, de nutrición y psicología. En la actualidad Sanitas dispone de 400.000 planes de salud personalizados que gestiona para sus clientes y Ereño quiere que esta estructura sirva como una especie de marketplaceal que puedan acceder otros usuarios contratando servicios de forma individual, tales como pruebas o tratamientos específicos. Y cuando Sanitas anuncie este proyecto comenzará el directivo comenzará a imaginar otro, porque para mantenerse en la cima hay que estar continuamente reinventándose. Ereño es un ejemplo de ello.