sábado, 23 noviembre 2024

¡Cuidado! Los embutidos más grasos que venden en Lidl

Llega el fin de semana y toca almuerzo en casa de tus padres. Llegas y tu madre te recibe con un abrazo interminable y un plato de lentejas con chorizo que podías oler desde el aparcamiento. La famosa dieta mediterránea es conocida en el mundo entero por lo completa que resulta. Aunque su íntima relación con los embutidos hace que sus platos tradicionales contengan más grasa de lo deseado.

Como todo, en exceso, puede ser contraproducente para la salud. Sin duda, los embutidos son un producto tradicional muy recomendable. Su contenido en fósforo, zinc y hierro, además de en Vitaminas B1, B3 y B12, lo convierten en un alimento muy completo. Sin embargo, por su contenido en grasas saturadas, se recomienda consumirlo de manera responsable.

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LA MORCILLA

Unas lentejas sin morcilla, no son lentejas, o eso es lo que opinaría cualquier madre. Existe una gran variedad de morcillas, dependiendo de la receta y de la tradición del lugar donde se fabrique. Eso implica que cada morcilla tiene un valor energético y un porcentaje de grasa diferente, dependiendo de su elaboración.

La Federación de Nutrición clasifica la morcilla como un embutido que proporciona a nuestro organismo 446 calorías por cada 100 gramos. En total, se contenido graso es del 29,5%, de las cuales, saturadas son 15 gramos de cada 100, monoinstauradas 16,52 por cada 100 y poliinsaturadas 5,59 por cada 100. El resultado final se consigue mezclando sangre de cerco con su grasa y embutiendo la mezcla con arroz o con cebolla.

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