Lo dijo Florentino Pérez, presidente de ACS, durante la última junta de accionistas. El objetivo del grupo es conseguir un 10% más en el resultado neto en 2019. Es decir, llegar a los 1.000 millones de euros. Sin embargo, el consenso de analistas del mercado apunta a que no llegará, sino que se quedará en unos 940 millones de euros. La venta de Zero-E puede ser su particular salvavidas para conseguirlo.
“La subasta del control de Zero-E supondría unas plusvalías de 600 millones de euros. Esto sería una buena ayuda adicional para superar esa franja de los 1.000 millones”, señala Sergio Ávila, analista de mercados de IG. La idea inicial del grupo a los mandos de Florentino Pérez era alcanzar los 1.200 millones de euros por la puja. Expertos consultados por MERCA2 hablan de que esa cifra inicial podría llegar a multiplicarse por dos. Otros apuntan a que, como mínimo, ACS espera ‘recaudar’ los 2.000 millones que tenía previsto alcanzar sacando a Bolsa el 51% del capital.
Natixis, Goldman Sachs y Société Générale son los bancos contratados por ACS para definir qué hacer finalmente. Y la duda que se cierne sobre ellos, y sobre ACS, tiene que ver con qué hacer con la sociedad que agrupa los activos renovables del grupo. O bien, vender antes de fin de año, y así hacer que la promesa de Florentino Pérez se convierta en realidad. O bien, esperar a que las novias surgidas hagan las correspondientes ofertas. Ofertas que pueden ir engordando a medida que surgen nuevos pretendientes. De esta manera se llegaría a 2020 con el riesgo de no alcanzar los beneficios prometidos por el presidente.
La ‘no venta’ de Zero-E en este año podría tener como consecuencia que ACS no cumpliera su objetivo de beneficios
Otra opción para ACS es apostar por este último punto con un comodín en la manga para conseguir los 1.000 millones de beneficios. Dicho comodín sería vender antes de fin de año ImesApi, la filial dedicada al mantenimiento y limpieza de carreteras a la que ACS ha puesto a el cartel de ‘se vende’. “Con esta segunda venta ingresaría entre 150 y 200 millones de euros, lo que también impulsaría sus resultados”, destaca Sergio Ávila.
A LA FILIAL DE ACS NO LE FALTAN PRETENDIENTES
Desde que ACS aparcó la opción de sacar a Bolsa Zero-E, el interés por la compañía verde de Florentino Pérez ha ido creciendo como la espuma. Seis son los fondos que le ponen ojitos a la filial: Brookfield, KKR, Macqarie, EQT, CQT y CPPIB. Todos ellos quieren hacerse fuertes en el sector energético español. A ellos hay que añadir la eléctrica Endesa y la petrolera BP. Y, a río revuelto, ganancias para ACS.
¿Dónde está el atractivo de Zero-E? La filial de ACS fundada a principios de año acoge a casi 1.1000 megavatios de activos fotovoltaicos, más 150 MW de termosolar, 400 MW eólicos y 20 MW de energía hidroeléctrica. Además de 450 kilómetros de líneas de transmisión de electricidad y unos 290.000 metros cúbicos de tratamiento de agua y desalinización. En total, 17 instalaciones que suman unos 2.000 MW de potencia. A ellos habría que unir otros 8.200 MW que pretende poner en marcha en los próximos años. ¿Dónde?
Algo más del 40% de los nuevos desarrollos de la filial de ACS tendrían como ‘destino’ España. Casi un 30% se implantarían en Norteamérica, y un 26% en Latinoamérica. Casi tres cuartas partes serían plantas fotovoltaicas, mientras que el cuarto restante serían parques eólicos y termosolares. Elaia es el nombre de la eléctrica que se encargará de comercializar la energía generada. Durante 2018, el grupo presidido por Florentino Pérez invirtió algo más de 480 millones en activos renovables. Esa cantidad ha sido superada en el primer semestre de 2019, ya que ha superado los 600 millones.