La innovación requiere un punto de excentricidad. Un punto de locura y de creer en imposibles. Eso sí, siempre cimentado en el poder de la mente y de la inteligencia. Pienso en mentes como la de Da Vinci; ese tipo de mente capaz de adelantarse al tiempo en el que vive y capaz de imaginar cosas aparentemente inverosímiles y llevarlas a la realidad.
Hoy en día la innovación es necesaria para avanzar tanto en términos económicos como humanos. No puede estar solo orientada a las ganancias, sino también a las personas. Como sociedad nos enfrentamos a grandes retos: el estado del bienestar frente a la globalización, el medio ambiente, el no aceptar a quien es diferente… Tenemos que ser capaces de adaptar toda esa innovación para mejorar la vida de las personas. Y yo creo que hay un cambio de tendencia en este sentido.
En el ámbito laboral, por primera vez las compañías preguntan a sus trabajadores cómo se encuentran, qué pueden mejorar… porque está demostrado que la competitividad en las empresas es mayor cuando el ambiente laboral es agradable, cuando se valora al empleado. Y las novedades tecnológicas contribuyen a crear ese entorno favorable, a poder conciliar.
3«Todos nacemos con una semilla de bondad en el interior.»
Hace poco entrevisté a una psicóloga de menores que había tratado a chicos encarcelados por delitos de sangre, niños que han crecido en entornos de violencia brutal. Ella decía que lo primero que hay que hacer es sacarlos de allí. Una sentencia en un centro de menores es un primer paso. Luego ellos mismos tienen que aprender a perdonarse para poder avanzar. Tenemos que saber perdonarnos y saber ver la bondad que tenemos en el interior. De hecho, yo creo que todos nacemos con esa semilla de bondad. Pero a veces la han sepultado tanto que efectivamente es nuestro entorno el que tiene que ayudarnos a encontrarla para poder empezar un camino completamente distinto.
Aunque a menudo las cosas se tuerzan, y aunque en los días nublados desconfíe y me preocupe que no sea realmente así, yo siempre he creído que una pequeña acción, que una semilla como la que aportan todos estos proyectos, puede cambiar el mundo. Quizás sea una locura. Pero de momento quiero seguir creyéndolo.
Entrevista: Sara R. Gallardo
Realización: Guillermo A. Chaia