sábado, 23 noviembre 2024

La venta del hotel de Puerto Rico deja ‘tirados’ a los socios del Club Meliá

Vacaciones de lujo adornadas con todo tipo de privilegios durante una semana en alguno de los mejores hoteles de la cadena Meliá durante 50 años. Esta es la suculenta oferta por la que muchas personas se hicieron socias de Sol Meliá Vacation Club (SMVC) por un precio fijo más una cuota de mantenimiento anual. Suena bien, si no fuera porque la venta por parte de Meliá de su hotel de Puerto Rico ha provocado que sus socios en este resort dejen de pertenecer al club. Los mismos que amenazan con agruparse y tomar cartas en el asunto ante el limbo legal en el que se encuentran.

Uno de los afectados por la venta de Meliá Coco Beach de Puerto Rico se ha puesto en contacto con MERCA2 para denunciar la situación en la que se encuentran un grupo de socios. En su caso, en 2008, decidió entrar a formar parte de Sol Meliá Vacation Club –fundado en 2004– a través de un contrato con el resort Puerto Rico como referencia de su membresía. Un un equipo agasajó a este y otros usuarios con servicios de lujo y le vendió un producto idílico para disfrutar y asegurarse las vacaciones de los próximos 50 años. Se convirtió, de esta forma, en uno de los 30.000 socios del SMVC con sede en Orlando (EEUU), que en 2011 pasó a denominarse Club Meliá. 

Durante estos años, el cliente y su familia disfrutaron de sus vacaciones o bien en el hotel de Puerto Rico o en otro establecimiento Meliá. ¿El precio? Algo más de 32.000 dólares (29.000 euros) más unos 800 euros de cuota de mantenimiento anual. Hay casos en los que se ha llegado a pagar 60.000 euros, dependiendo de la categoría (Oro o Platino) o de la negociación con el cliente.

Aunque no todo era tan bonito, los clientes aseguran que Meliá cumplió con el contrato hasta el mes de abril, cuando una carta avisaba de la venta a Coco Condominium del hotel de Puerto Rico y sus 579 habitaciones. Dicha carta especificaba que el Club de Vacaciones pasaba a ser operado por Aimbridge Hospitality bajo el nombre Coco Beach Vacation Club. “Para poder continuar proporcionándoles el mejor servicio, nos hemos asociado con Resorts Advantage, quien ha sido su operador de reservas y agente financiero durante los últimos 14 años. Los socios seguirán reservando en Coco Beach Vacation Club”, detallaba.

carta anunciando la marcha melia 1 Merca2.es
Carta que recibieron los socios del Club Meliá de Puerto Rico.

En definitiva, Meliá traspasó los contratos de los clientes del Club Meliá del hotel de Puerto Rico a la nueva compañía. Eso sí, la compañía recordaba que “Coco Beach Vacation Club ya no estará afiliado a la red de vacaciones Sol Meliá”, pero “respetará todos los saldos actuales de los puntos Meliá Rewards”.

Tras esta carta, los socios de este club se han quedado en una situación de indefensión. Ahora pertenecen a otro Club de Vacaciones que no es Meliá, con otras condiciones y, además, deben seguir pagando su cuota de mantenimiento hasta cumplir esos 50 años. De lo contrario incumplirían el contrato.

“MELIÁ INCUMPLE EL CONTRATO”

Y es precisamente esto lo que reclaman los socios a la cadena presidida por Gabriel Escarrer Juliá: «el incumplimiento de contrato por parte de la hotelera al ceder su contrato a un tercero». Por su parte Meliá se defiende. “Los contratos firmados por los clientes del Club Meliá que tenían como home resort o resort de referencia de su membrecía, al hotel de Puerto Rico, permitían la cesión de estos contratos por parte de Meliá, por lo que la cesión producida puede no resultar de su agrado, pero no representa en ningún caso un incumplimiento de sus contratos”, explican a MERCA2.

Unas condiciones que en los contratos a los que ha tenido acceso este medio no aparecen. Meliá tampoco ha querido aportar estas cláusulas que permiten la cesión del contrato a un tercero alegando cuestiones de confidencialidad. Pero reiteran que “el derecho de uso que los socios adquirieron en la propiedad de Puerto Rico, hoy Coco Beach, se mantiene sin cambio”.

Además, la propia hotelera reconoce que les “consta la presentación de tres reclamaciones ante el Departamento de Asuntos del Consumidor en Puerto Rico (DACO), sin que a la fecha se hayan resuelto ni establecido responsabilidad alguna para Meliá”. No hay ningún caso instaurado ante tribunal judicial alguno. “El resto de reclamaciones recibidas han sido atendidas por canales internos establecidos de atención a miembros”, según la hotelera española.

La venta del hotel Meliá de Puerto Rico deja tirados a los socios de su Club de Vacaciones al traspasar sus contratos a la empresa compradora

Pero los afectados se quejan de la dificultad para poder contactar para pedir información o reclamar una solución que no deje a estos sin sus condiciones firmadas con Meliá. Y cuando tratan de ponerse en contacto con la cadena por burofax en España tampoco reciben contestación.

Meliá soluciona este problema alegando que “cada uno de ellos recibió un comunicado firmado conjuntamente por Meliá y la entidad compradora con los datos de contacto para la continuación del uso de su membresía y cualquier información adicional que requieran. Las quejas que se reciben se canalizan a la compañía contratada por el comprador para las reservas y atención a socio”. Sin embargo, los usuarios se quejan de que no sirve de nada el teléfono aportado.

¿QUÉ PUEDEN HACER LOS AFECTADOS?

El principal problema con el que se encuentran los socios es el limbo judicial ya que no pueden reclamar nada ante los tribunales españoles si la comercializadora del producto no tiene domicilio en España. Por lo que solo podrían recurrir ante la justicia puertorriqueña; algo que desde el portal denuncioestafa.com no recomiendan.

El abogado Juan Madrigal-Bormass Rosado cree que la opción más viable para poder desvincularse de la semana es la transmisión de la misma a un tercero. “En el clausulado de los contratos de SMVC se establece el derecho de los socios a transmitir la titularidad de su membresía a terceros. De forma previa a la libre transmisión se precisa lo que en derecho español se denomina derecho de tanteo y retracto; esto es, ofrecer en primer lugar la citada membresía a SMVC por similar importe al que se le transmitiría a un tercero”, explica el letrado.

Este recuerda que puesto en conocimiento de SMVC dicho extremo, si en un determinado plazo de tiempo SMVC no comunica interés en adquirir la membresía, el socio afectado puede dar curso a la anunciada transmisión a terceros.

De hecho, un grupo de afectados están planteando poner en marcha esta alternativa tras barajar distintas acciones para liberarse de las obligaciones que mantienen con el club; aunque no distfruten de lo acordado. De igual forma valoran plantear las oportunas denuncias frente a la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) a la vista de las posibles irregularidades cometidas por SMVC y la sociedad mantenedora o prestadora de los servicios vinculada a la misma (Resorts Adventage) en relación a la Ley de Protección de Datos.

DEMANDA POR PÉRDIDA DE CALIDAD

No es la primera vez que Meliá se topa con clientes de su Club cabreados. En los últimos años, los socios se han quejado en continuas ocasiones. Hace unos años, a través de internet, medio centenar de afectados presentaron una demanda colectiva contra Meliá motivada por la por la devaluación de las condiciones.

Así, los usuarios se quejaban del cambio de condiciones del contrato. Denunciaron que de repente esa semana de vacaciones se convirtió en unos simples días o que era imposible conseguir plaza en los hoteles en temporada alta. Es decir, solo podían disfrutar de sus vacaciones en temporada baja o cuando los Meliá tuviera habitaciones libres.

De hecho, los afectados comenzaron a dejar de pagar las cuotas de mantenimiento e incluso crearon una web (www.timomelia.com), pero la hotelera consiguió cerrarla por no tener permiso para usar la marca comercial.

En el mes de marzo 2019, la sentencia de la Audiencia Provincial estimó parcialmente la demanda tras ser desestimada en su totalidad en la primera instancia. En síntesis, solo declara la nulidad de los contratos que fueron firmados en España. Después, se presentó recurso ante el Tribunal Supremo.


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