Ahora más que nunca, es muy importante tomar como referencia aquellas historias de emprendedores y empresas que, además de haber cosechado una carrera profesional excelente, derrochan positivismo y respeto. No hace falta buscar ejemplos muy lejos, en nuestro país existen marcas que han demostrado vivir estos valores y, como consecuencia, siguen estando al frente en el mercado. Compañías que hoy, inmersos en una crisis económica, animan a las personas porque apuestan por ellas, por la profesionalidad y la voluntad de seguir siempre aprendiendo y mejorando.
Todo ello, ayer lo pude reafirmar en el almuerzo que IPMARK ofreció con motivo de Desigual. Hace 35 años que existe esta firma creativa de ropa casual y fue una interesante lección escuchar las claves que llevaron a Thomas Meyer y Manel Adell a convertir su proyecto en una de las empresas líder del sector textil a nivel internacional. ¿Qué tiene Desigual que gusta tanto?
1Los inicios de Desigual
Justo en sus inicios, Thomas se encontró con 3.000 tejanos sin vender, de un pequeño puesto que tenía en el mercadillo de Ibiza. En vez de desmoralizarse, los aprovechó para crear patchwork.
Reutilizó estas telas mezclándolas con otras y acabó confeccionando unas cazadoras que fueron un éxito de ventas. De ahí, nació la marca. ‘No es lo mismo’, fue el acertado eslogan que la cineasta Isabel Coixet recomendó a Thomas para definir la personalidad de este novedoso producto.