Karlos Arguiñano está de vuelta. Poco queda de aquel joven chapista de Beasáin que ensamblaba trenes para CAF. Algún detalle le queda de las clases que recibió del mítico Luis Irizar en Zarautz tras años de ayuda en la cocina a su madre, Pepi, modista ejemplar con problemas de movilidad.
El hijo más salao del taxista irrumpió en las infernales cocinas de alta cocina tras comerse y beberse los platos vanguardistas que se servían tras cruzar la frontera en aquel Euskadi gris de los sesenta. Aquellos tiempos de miedo y silencio no fueron óbice para que él sacara la cabeza.
Eso sí, la sacó a costa de jugarse hasta los pantalones en el Club de Golf de Zarautz, bache del que salió gracias a unos chistes de sobremesa que acabaron con un cazatalentos reclutándole para ETB, cadena desde la que saltó a TVE. Y en euskera.
La abrupta salida de la mítica Elena Santoja provocó que le llamasen para saltar a Madrid, sin dejar su Euskadi natal. Eso motivó que abandonase la idea de jugar con nitrógeno líquido para repetir recetas, como se decía antes con desprecio, para las amas de casa.
ARGUIÑANO: DE LA RUINA AL DOLAR
Años noventa: sale Arguiñano con barba negra, delantal y chaquetilla sin adornos, un chiste por programa, una ramita de perejil como adorno recurrente y un lema, «rico, rico y con fundamento». Entonces comenzó a entrar dinero, tanto de la tele como de los VHS del programa, que se vendían como rosquillas con los dominicales.
Y ahí comenzó el negocio. Arguiñano miró alrededor y tuvo suerte: tenía mucho talento al lado y gente que le iba a montar en el dolar con negocios que le salieron redondos. Ahí nació en 1992 Asegarce, al fin la profesionalización de la pelota vasca tras ocho siglos documentados de historia.
El cocinero no descuidaba sus recetas «baratas y con alegría» y llegó más tele, menús los sábados y ‘Bricomanía’ (25 años de vida), y poco a poco se diversificaron las inversiones: hotel familiar, escuela de cocina, recetas en el couché, viñedos, pisos en la costa y mucho product placement en televisión: había que enseñar la encimera de turno o meter con calzador en la receta unas lonchas de El Ventero.
CRUZANDO EL CHARCO
Karlos Arguiñano apadrinó con el taco a Bajo Ulloa, Elejalde y Guillén Cuervo tras la farra iluminada en la que idearon ‘Airbag’, en su día la película más vista de la historia del cine español. Y su productora crecía… incluso cruzando el charco.
A mediados de los noventa la estrella compatibilizaba sus maratones en España, grababa dos veces al mes, con su vida en Argentina, donde también se convirtió en fenómeno de masas y marcas. Más tarde volvió a su tierra y llegó su padrinazgo de las motos, como guiño a una de su hijas, e invirtió en casas de publicidad. Los hobbies convertidos siempre en negocio.
Y recién sopladas las 71 velas a Arguiñano le toca reflexionar y preparar un plan sucesorio que incluye a su hijo Joseba, nuevo colaborador que se ha fogueado con éxito en ETB con espacios de entrevistas gastronómicas rodadas fuera de plató: ‘Historias a bocados’, ‘Escapada con Joseba Arguiñano’ o ‘Sukaldaria’.
NUEVA ETAPA
El rey del perejil ha reorganizado su imperio empresarial y ahora ha renombrado su programa de Antena 3, que deja de llamarse ‘Karlos Arguiñano en tu cocina’ y se convierte en ‘Cocina abierta con Karlos Arguiñano’.
Este hecho facilita dos asuntos: que el programa pase el día de mañana a llamarse ‘Cocina abierta con …’ y promocionar el canal de Youtube que exprime comercialmente Bainet con el permiso de Atresmedia.
TIEMPOS DE PAZ
El chef estrena también sintonía, cabecera y no se cortará con sus ya famosos dardos a la clase política. Tampoco faltarán chistes; gafas pintorescas; o canciones ocurrentes, hace tiempo que no canta ‘La Loles’ con su conejo.
Ainhoa Sánchez, Martín Berasategui, su hermana Eva y su hijo Joseba le acompañarán en una etapa en la que no está Arzak, que se siente muy mayor para aparecer en la tele. Ganas sigue teniendo ‘Charly’, que este año ha celebrado sus treinta años en televisión.
En 1989 Euskal Telebista puso en pie ‘Hamalau Euskal Sukaldari’ y reclamó sus servicios. Años después Arguiñano protagonizaría una cruenta guerra con la autonómica vasca porque sus directivos financiaron de forma infame al competidor de Asegarce en la pelota, Aspe.
La justicia dio la razón al chef, pero ya no son tiempos de batallas y ETBy Arguiñano firmaron hace unos años una paz por la que Baiko (antigua Asegarce) ingresa 1,8 millones de euros anuales y la tele pública desembolsa 3,3 kilos.
EPÍLOGO
Karlos Arguiñano ha cocinado cinco mil programas de televisión, ha intensificado su desconocida labor social al otro lado del charco, ha firmado más de sesenta recetarios (en realidad los libros los elabora su equipo, él se limita a echarse una foto y a presentarlos) y ha levantado una empresa con trescientas nóminas a cargo. Gracias a ello factura más de cinco millones de euros anuales con unos negocios en los que se ha encendido la luz verde sucesoria.