El desayuno es una de las comidas que, o bien infravaloras o exageras sin tener en cuenta que debe ser igual de equilibrado en alimentos que el resto de las comidas. Nuestros abuelos nos dejaron costumbres muy buenas, pero otras que no lo son tanto.
En el desayuno se mete la pata con muchos de los alimentos que escogemos y que, además, puede ser que pienses que lo estás haciendo bien porque son los de “toda la vida”. Aunque no tengas restricciones alimenticias por enfermedades como la diabetes, el colesterol o la tensión alta no debes olvidar que tienes que cuidar lo que comes.
La obesidad comienza llevando una mala dieta y si te excedes en el desayuno, a no ser que vayas a hacer una maratón, no lo vas a gastar durante el día. La idea es que los alimentos que tomas sean proporcionales al ejercicio físico que vayas a realizar, pero que eso sea durante todo el día.
La idea es que no ingieras alimentos que tengan muchas grasas malas o azúcares para que ni tu páncreas ni el resto de tu cuerpo sufra las consecuencias. Aparte, si aprendes lo que NO debes desayunar será una buena forma de perder centímetros de más y ganarlos en salud. Intenta que tu desayuno y tu cena no sean demasiado fuertes para que tu organismo no se resienta. Lo ideal es comer fruta, lácteos desnatados o el pan con aceite de oliva de toda la vida.
Te diré las cosas que debes evitar desayunar a toda costa y el porqué.
Dulces
Los dulces están muy buenos y se puede pensar que por la mañana te van a aportar energía para el resto del día, pero nada más lejos de la realidad. Los donuts, por ejemplo, están llenos de calorías que no te aportan ningún nutriente y que, además, puede hacer que te sientas con pesadez de estómago toda la jornada.
Los dulces procesados son alimentos que tienen mucha cantidad de azúcar refinada. Ésta incluso supera lo que es recomendable para la salud. Con las magdalenas sucede algo parecido. Están hechas de aceite vegetal, azúcar procesado, harina refinada y huevos y eso por la mañana para tu estómago es una bomba de calorías y de elementos que sobran en tu dieta.
Con los bizcochos tenemos el mismo problema que con los anteriores, EL AZÚCAR PROCESADO. Hasta los que haces en casa tienen una cantidad exagerada de azúcar, se lo echas tú, así que imagina la de sustancias dañinas que tienen los que están procesados.
Panes y mermeladas
Desde siempre, los alimentos más consumidos en el desayuno es el pan con mantequilla y mermelada o los croissants a los que les untas esos mismos aditivos.
El gran mal común de todos los alimentos que te estoy diciendo es su alta concentración de azúcar refinado. La mermelada está hecha con azúcar y esta sí que supera con creces la dosis que necesitas ingerir al día.
Sigo creándote un trauma, pues el siguiente de los alimentos que no debes tomar en el desayuno es el pan blanco. Este, al igual que los dulces y la mermelada, está dentro de los carbohidratos que tu cuerpo tarda más en absorber, por lo que les exprime todas las calorías, grasas, azúcares, etc.
Si vas a comer pan para desayunar es más recomendable que escojas el integral y que le añadas un chorrito de aceite de oliva virgen. Es mejor ese que el pan de molde o el pan blanco.
Café solo
Aquí tienes otro gran mito del que muchas personas tiran sin saber lo perjudicial que puede ser ese simple gesto para su salud. Despertarte con sueño y de mal humor es algo bastante común entre los mortales y hay algunos que hasta que no se toman el primer café no son personas.
Tomar café en sí no es malo, siempre que no tengas la tensión alta. Lo que realmente es perjudicial es beber café solo recién levantado y ya si es doble y con triple de azúcar como es común aún menos. Añade leche al café para que tu estómago no sufra de buena mañana esa bomba y, además no estarás dando saltos.
Otra antigua costumbre es tomar café solo con coñac, whisky o algún otro complemento con alcohol, “el carajillo” de los abuelos cuando se iban al campo a trabajar las mañanas de frío. Es obvio que si no es recomendable tomar en ayunas café, mucho menos es uno con alcohol.
Desayuno americano
España se está americanizando cada día un poco más, y hay costumbres que no está mal que adoptes, pero hay otras, como su famoso “breakfast”, que dejan mucho que desear.
Desayunar la pizza fría que te ha sobrado del día anterior no es nada recomendable. Incluir grasas saturadas al desayuno solo hace que te sientas pesado y que te pongas en riesgo de sufrir colesterol, que tus venas y arterias se obstruyan o que puedas padecer obesidad o sobrepeso.
Así que, mejor olvida el huevo con salchichas y chorizo o cualquier otro embutido que se te pase por la cabeza porque lo único que te aportan son grasas. Hacerlo un día a modo de antojo no va a matarte, pero no lo tomes por costumbre porque tu circulación y tu organismo se pueden resentir con estos alimentos mañaneros.
Yogures y batidos
Cuando te pones a dieta sueles pensar que no es mala idea desayunar yogures sin calorías, pero edulcorados. Este error al escoger los alimentos del desayuno es muy común. El llamado yogurt “especial para dieta con azúcar”. La propia frase suena rara.
Los yogures normales también tienen bastante azúcar; un vasito puede llegar a contener hasta 30 gramos de azúcar refinado añadido para que esté “dulcecito” y eso lo único que hace es que tu cuerpo tenga que crear más insulina y que la glucosa se te dispare. Recuerda que si tienes mucho azúcar en sangre tus células no podrán obtener energía y te sentirás cansado. Que es lo que les sucede a muchos diabéticos.
Los batidos también son un recurso sencillo y cómodo para dar de desayunar a los más pequeños de la casa o a los que no lo son tanto. No tomes batidos industriales a no ser que quieras que tu cuerpo se ensanche.
Zumos
Que en una mesa de desayunos el zumo de naranja forme parte de los alimentos no es nada raro, pero que sea habitual no significa que sea saludable. Los zumos de frutas procesados son un poco como los batidos, tienen demasiada azúcar, además de otros ingredientes que le agregan para darles sabor, olor o color.
Cuando los alimentos se licuan pierden la fibra que contienen y si te bebes el zumo de una vez para que no se te enfríe el café lo que haces es asustar a tu organismo con un exceso de azúcar.
Al zumo de naranja natural le sucede como a los zumos elaborados en fábricas, cuando se licuan pierden su fibra, no las vitaminas. Puedes tardar más de cinco segundos en beberlo que no se van corriendo del vaso como se pensaba antiguamente. Es mejor pelar una naranja y comerla tal cual a tomar un zumo.
Cereales azucarados
Los cereales azucarados son de los alimentos favoritos de los más «pequeños», entre otras cosas por el gran marketing que llevan detrás. Los cereales tienen mucha azúcar y jarabe de maíz; son de las comidas que tu cuerpo tarda en digerir y de los que hacen que tu cuerpo tenga una subida de azúcar repentina en poco tiempo evitando que tengas energía el resto del día.
Igual sucede con las barritas para desayunar o comer entre horas, tienen demasiadas grasas, azúcares y aceites vegetales que no te aportan ningún beneficio.
Es mejor que comas cereales integrales ricos en fibra en vez de los que salen con la cara de un muñequito en el frontal de la caja. Estos segundos son los que habitualmente encuentras en las tiendas y que quedan lejos de formar parte de un desayuno saludable.
Azúcar de los alimentos
Como ya te habrás dado cuenta, uno de los mayores errores que se tienen a la hora de desayunar es escoger alimentos de alto índice glucémico. El azúcar es de los peores aliados que te puedes echar.
Al día, puedes tomar varios cafés y lo más recomendable es que lo hagas con sacarina o incluso con miel antes que con azúcar.
Las galletas procesadas que le das a tus pequeños para que desayunen tienen grasas saturadas y azúcar para parar un tren. Enséñalos a desayunar bien y de adulto seguirán haciéndolo. Somos animales de costumbres. Es más fácil darles una cañita y que tomen batidos o zumos con galletas o dulces, pero recuerda que no le estás haciendo ningún favor a su salud.