La monarquía española tiene muchísimo más trabajo del que muchos españoles creen. Constantemente el Rey Felipe y la Reina Letizia tienen audiencias para recibir a todo tipo de personalidades. El problema es que, aunque el protocolo de la Casa Real marca exactamente los pasos a seguir. Las cosas no siempre salen como ellos esperaban. ¿El resultado? Un ridículo de altura.
Y es que, la gran mayoría de ocasiones, estos errores de protocolo en las audiencias de los Reyes de España, los causa Letizia Ortiz, una experta en saltarse el protocolo. Con los consecuentes problemas que causa con esta actitud. Es lógico que, una persona que no se ha criado en el ambiente, a veces no sepa actuar de la manera adecuada. Y, para qué negarlo, esas meteduras de pata a veces son realmente divertidas.
Error de Letizia a la hora de colocarse en el Palacio de la Zarzuela
Este vídeo es el ejemplo más reciente de una audiencia fallida por parte de los Reyes de España. Sucedió el pasado 8 de julio, mientras los monarcas recibían en audiencia a los miembros del Patronato de la Fundación Comité Español de los Colegios del Mundo Unido, junto a los patrocinadores de sus becas y alumnos becados de la edición 2019.
El problema es que, al acceder al Salón de audiencias, entra en primer lugar Felipe VI. Pero, la reina Letizia se despista hablando con los miembros de seguridad. Claro, y pensando en sus cosas no se da cuenta que se ha posicionado en mal lugar. Su marido se lo intenta decir entre dientes, pero no se entera.
Al final, tiene que ir el jefe de protocolo a indicarle a Letizia que se ha colocado en el lado incorrecto. ¿El resultado? Una divertida anécdota, que no pasará a mayores.
Si no fuera porque no es la primera vez que Letizia se equivoca de lado
Este es el problema. Si fuera la primera vez, pues no pasaría nada, pero ya son varias las ocasiones en las que Letizia se ha saltado el protocolo a su gusto.
En este caso, fue durante la conmemoración de los 40 años del Museo Reina Sofía.
A la hora de ponerse en la foto, la Reina de España se equivocó de lado. Tuvo que volver a ir el jefe de protocolo a indicarle a Letizia el lugar en el que tenía que ponerse. Ver para creer.
Letizia se pone a usar el móvil en pleno banquete
Otra de las grandes audiencias fallidas, ocurrió en 2015, pero en este caso fueron los reyes de España de visita a México. Todo iba bien, hasta la hora de la cena. Tanto Felipe VI como la reina Letizia, compartían mesa con Enrique Peña Nieto, presidente del país, y su esposa Angélica Rivera.
El problema es que, mientras el presidente de México estaba dando un discurso, a la buena de Letizia no se le ocurre otra cosa que sacar el teléfono por debajo de la mesa y ponerse a chatear.
Por suerte, el Rey de España le pidió de forma muy discreta que lo guardase en el bolso. Pero claro, los medios acreditados se dieron cuenta de lo que pasaba.
Y no, no fue la última polémica durante su visita a México
La Reina de España es muy sociable y habladora. Y eso, en algunos casos, es un gran problema. Como cuando, durante una visita guiada, el propio Peña Nieto tuvo que llamarle la atención para que dejase de hablar con su mujer y escuchara a la guía.
Pero a Letizia le dio igual todo, ella seguía a su bola. Llegó al punto de separarse del grupo y ponerse a mirar libros a su gusto, ignorando las suplicantes miradas de su marido.
Al final, una funcionaria tuvo que darle un toque de atención cuando iba a coger un libro con más de 400 años de antigüedad. Fue el momento oportuno para que Felipe VI la llamase para que posase con el grupo. La mirada inquisitoria del presidente de México no tiene precio.
El primer gran error de protocolo: cuando Felipe presentó a su prometida ante los medios
La primera salida de protocolo, fue una de las meteduras de pata más grandes de Doña Letizia.
Sí, en ese caso no conocía los tejemanejes del complicado protocolo de la Casa Real, pero es un hecho evidente que no le puedes recriminar nada al futuro Rey de España, delante de las cámaras.
Pero no fue lo que pasó: Felipe interrumpió a Letizia mientras ella ensalzaba a su marido y la joven no dudó en pedirle que le dejara terminar. La respuesta de nuestro Monarca fue partirse de risa. Aunque, las siguientes veces no se lo tomó tan a broma.
Feo desplante de la Reina en una visita institucional a Asturias
Como antiguo Príncipe de Asturias, a Felipe VI le encanta esta tierra. Pero, durante una visita institucional a Asturias, un grupo de niñas habían preparado una representación de bailes de la zona a las puertas de una iglesia.
Y claro, la reina volvió a hacer de las suyas. No se le ocurre otra cosa que empezar a bromear con unos amigos.
Hasta que Felipe VI se cansó y, delante de todo el mundo le lanzó una frase lapidaria: «estate quieta y muestra un poco de respeto». ¡Vaya si le hizo caso!
¡Se retocó el maquillaje en plena audiencia!
Hay errores protocolarios que se entienden perfectamente. Como el hecho de que se equivocase de lado en la última audiencia de los monarcas. Un fallo sin importancia producido por un despiste al quedarse hablando con el personal de seguridad.
Pero, lo que pasó durante el día de la Pascua Militar no tiene perdón. Y es que, en medio de la audiencia programada en el Palacio Real, a Letizia no se le ocurre mejor idea que sacar un pequeño espejo del bolso para maquillarse.
Como era de esperar, todas las personas que había a su alrededor, incluido el Rey de España, se quedaron sorprendidos con tal falta de respeto. En serio, ¿no podía haber ido al baño a darse esos retoques? ¿Debía hacerlo en público?
La peor audiencia de la Reina Letizia
Aunque, sin duda alguna, la peor audiencia que tuvieron los Reyes de España, y que Letizia fue la culpable, tuvo lugar en el día más importante para Felipe: su coronación.
Corría el año 2013, y al salir del Palacio de la Zarzuela para dirigirse al Congreso de los Diputados la futura reina de España la lió una vez más. ¿Cómo? Acompañando a sus hijas hasta el coche que las llevaría a la Cámara baja.
Un gesto normal, si no fuera porque Felipe estuvo esperando con la puerta abierta unos minutos sin saber dónde esconderse. Un fallo de protocolo que no tiene excusa alguna. Más en una ocasión tan sumamente importante para su marido.
