Internet se puede ver como una gran red similar a un iceberg. Solo vemos una pequeña parte de ella. Esa pequeña parte es bastante enorme, ya que son todos aquellos contenidos que Google y otros buscadores pueden indexar. Pero bajo esa superficie hay mucho más que no vemos normalmente, como la deep web y la dark web.
Cuando buscas algo en Google, el motor de búsqueda localiza todas las coincidencias y te las muestra. Pero ¿qué ocurre con todo el contenido que no muestra? Todo eso que no está indexado y por tanto, es inaccesible por métodos tradicionales, no es inalcanzable. Puedes acceder a ciertos sitios de otras formas como verás.
Otro símil sería ver Internet como si fuese una cebolla. En las primeras capas, que son las accesibles, es donde están las páginas webs visibles. Las siguientes capas son las que almacenan servicios protegidos por credenciales, bases de datos, o sitios solo accesibles si tienes el enlace directo al no estar indexados por los buscadores convencionales. Por último, las capas más profundas requieren navegadores especiales para acceder a ellas.
El origen de la red y la web
Todo comenzó en 1960, dentro de ARPA, es decir, lo que hoy se conoce como DARPA (Defense Advanced Research Projects Agency) de EE.UU. Entonces se trazó ARPANet, una red muy primitiva que entrelazaba algunos puntos del país para comunicar distintas zonas o distintos laboratorios y centros de aquella época. Aunque un estudio del RAND analizó si se podría usar para comunicarse en caso de ataque nuclear.
Con esa base, poco a poco fueron apareciendo las tecnologías y protocolos que hoy día rigen el actual Internet, como TCP e IP. De hecho, en 1983 ARPANET cambió el protocolo NCP que usaban por TCP/IP. Poco después vendría DNS, y otros servicios que son populares en la actualidad. En 1989 también llegó OSI, una arquitectura moderna para las redes.
Poco a poco la red dejó de ser algo restringido para abrirse al resto del mundo. Pero uno de los aportes más importantes vino desde Europa, concretamente desde el laboratorio del CERN. En 1990, Tim Berners-Lee crea el código HTML y el primer cliente World Wide Web para tener un medio interactivo para poder compartir información a través de la red. Eso da como resultado el primer servidor web y la primera página web tal como la conocemos actualmente.
Desde entonces, la red denominada Internet comenzó a llegar a más personas, registrando en 2006 unos 1.100.000.000 de usuarios. Esa cifra continúa creciendo hacia los 2.000 millones. Y con ese incremento de usuarios, también ha habido un incremento de contenidos similar. Por ello se ha comenzado a distinguir entre diferentes partes…
Surface web vs deep web
La web superficial es toda la red que ves y por la que navegas a diario. Puedes usar un navegador web normal y está indexada por los motores de búsqueda como Google, Yahoo y Bing. Solo tienes que buscar lo que quieres y se muestran las páginas webs relacionadas.
Mike Bergman acuñó el término deep web o Internet profunda. El motivo de esta distinción fue que había multitud de contenido que no era indexado por esos motores de búsqueda. La causa de que no la indexen es porque son páginas privadas que se acceden solo con el enlace directo y con credenciales, son bases de datos, etc.
El tamaño de esta deep web es mucho mayor que la web superficial. En 2010 un estudio estimó que la web profunda equivale a unos 7500 TB (TeraBytes) de información divididos en unos 550 billones de documentos. Eso es unas 400 o 550 veces mayor que Internet superficial, con unos 19 Terabytes de contenido y 1 billón de documentos.
Deep web vs dark web
La deep web no es algo oscuro, conspiratorio o peligroso. De hecho, tú la usas con frecuencia cuando accedes a ciertas bases de datos asociadas con sitios o servicios de la web superficial. También cuando accedes a servicios privados con tus credenciales.
Pero sí que existe una web oscura, la dark web. En este caso, sí que puedes encontrar contenido prohibido, desagradable, peligroso o hacer contactos poco adecuados.
Por ese motivo se le ha puesto este calificativo de oscura. El contenido de estas páginas a veces roza lo ilegal y otras lo sobrepasa con creces.
Dark web vs darknet
La dark web reside en una zona de Internet conocida como darknet. No hay que confundir un término con el otro. La darknet se diferencia de la clearnet, es decir, donde residen las webs de la superficie.
La red oscura es una porción no tan grande, pero que tienen gran cantidad de contenido al que solo se accede usando navegadores especiales o software como Tor, FreeNet, GNUnet, I2P, etc. Es decir, software que pretende preservar el anonimato de las identidades de quienes comparten contenido en ese estrato de Internet.
Por tanto, la diferencia es que darknet es la zona y dark web el contenido de esta zona alojada en las profundidades más inhóspitas de Internet.
Historia de la darknet
El término darknet fue creado por unos investigadores de Microsoft. Estos empleados vieron unos contenidos algo fraudulentos que se compartían por unas zonas de Internet no tan convencionales.
Fue en 1990, cuando Internet se democratizó y se redujeron los costes, cuando ya comenzó a explotarse esta faceta más oscura de la red por algunos usuarios.
10 años más tarde, Ian Clarke desarrolla el software FreeNet para lanzar comunicaciones anónimas en la red. En 2009 llega la moneda perfecta para la dark web, el Bitcoin, que también proporciona anonimato en los pagos. Y poco a poco van apareciendo nuevos ingredientes…
Contenido de la dark web
El contenido de esa darknet o de esa dark web es bastante variado. Puedes tener acceso a contenido protegido por derecho de autor sin pagar (piratería), como software, películas, libros, contenido censurado, etc.
Muchos gobiernos y organizaciones publican opiniones o se pasan documentos a través de esta web oscura. También se publica información secreta de servicios de espionaje, de científicos, grandes empresas, etc.
Otro contenido/servicios que puedes encontrar es el criminal. Éste va desde contactos con organizaciones criminales, sicarios, drogas, hasta vídeos de pornografía infantil, torturas o gore real, etc.
Cómo acceder a la dark web
Como ya sabes, llegados a este punto, para acceder a la dark web necesitarás software específico, como Tor Browser, FreeNet, I2P, etc.
Estos programas son gratuitos y en la mayoría de los casos bastante fáciles de usar, por lo que son accesibles para cualquiera.
Además, son multiplataforma. Por ejemplo, Tor Browser lo puedes encontrar para Linux, Windows, Android, etc.
Problemas y peligros de la dark web
Si accedes a la dark web ya sabes qué tipo de contenido puedes encontrar. No es un sitio muy amigable, por lo que debes hacerlo bajo tu responsabilidad.
Puede que la curiosidad te empuje a ir, pero ser precavido es importante para no meterte en líos o problemas legales.
Además, recuerda que aunque el software esté pensado para aportar anonimato y privacidad, no siempre se puede garantizar al 100%.